martes, 10 de diciembre de 2013

Fin de semana de relax y balnearios en Caldes de Montbui


A veces no hay que ir muy lejos para encontrar lugares auténticos y vivir experiencias singulares. Destinos de fin de semana, para pasar unos días o directamente -porqué no- planteárselos para ir a vivir. El pasado fin de semana descubrimos un de estos lugares: Caldes de Montbui. Hoy, te lo queremos descubrir a tí.

Delante de la Fuente del Lleó

"Caldes" proviene de la palabra "cálido" o "caliente" y es el nombre genérico para designar un lugar de aguas calientes. Varias villas de la geografía catalana han adoptado esta palabra en su nombre: Caldes de Estrac, Caldes de Malavella, Caldes de Boí, además de Caldes de Montbui, nos vienen a la cabeza. Todos ellos son pueblos termales con sus singularidades pero nos atrevemos a decir que este último tiene un encanto que lo hace especial.

En Caldes de Montbui todo gira en torno a la cultura del agua: sin el agua termal no existiría Caldes de Montbui, y sin lugares como Caldes se nos haría más difícil entender la magnitud de este recurso natural. Los calderinos miman el agua y ésta se integra en las diferentes vertientes de su día a día. Historia, arte, costumbres, cultura, economía, gastronomía... nada se escapa de este recurso tan preciado. Este posiblemente es el aspecto que más nos ha cautivado de Caldes.

Caldes de Montbui, historia viva del termalismo


Caldes de Montbui tiene el privilegio de ser el primer pueblo termal de Cataluña y de poseer las termas romanas mejor conservadas de la Península Ibérica. Aquí los romanos descubrieron unas aguas que emanaban a 76º de temperatura -una de las más elevadas de Europa-, el elemento singular y conector de los 2.500 años de historia de Caldes, que ya había empezando unos siglos antes de que los íberos se instalasen.

Cuando uno llega a la villa lo primero que hace es dirigirse hacia el casco antiguo en dirección a la Plaza del Lleó, aquí empezó la historia termal de Caldes y es donde también, frente a frente, se encuentran sus dos símbolos principales.

Les Termas romanas

Cuando uno pasea entre los arcos de las Termas romanas uno no puede evitar viajar con la imaginación en los tiempos pasados. Uno se imagina a los romanos pasear con su toga por los alrededores o bien sentados conversando en alguno de sus rincones. No es difícil hacer este ejercicio mental, estas termas constituyen uno de los conjuntos termales medicinales que mejor se conservan en Europa y son también Bien Cultural de Interés Nacional. Cuando uno se entera que lo que tiene delante suyo es sólo una pequeña parte de lo que llegaron a ser, se da cuenta realmente de la importancia que llegó a tener Caldes de Montbui.

Actualmente en las Termas romanas podemos ver, por un lado, una piscina rectangular de unos doce metros de lado largo, con cinco escalones en forma de grada, que todavía conserva las entradas y salidas de agua originales. Se trataba de un caldarium (piscina de agua caliente). Y por otro lado, dos pequeñas piscinas semicirculares que probablemente se usarían para hacer baños individuales.


Termas romanas

La Fuente del Lleó

Posiblemente la Fuente del Lleó es el surtidor de agua caliente más conocido de Cataluña. El agua brota directamente del subsuelo a 74º de temperatura, o sea que, si la tocas, te acuerdas... De hecho es el icono más famoso de la villa y la que acostumbra a atraer más al visitante. De hecho si no te has hecho una foto en la Fuente del Lleó tocando el agua, no has estado en Caldes de Montbui. Quién sabe, quizás también da suerte...

Su origen data de hace más de cuatrocientos años, cuando se construyó para canalizar el agua donde anteriormente había 30 surtidores naturales. En el 1927 fue restaurada por Manel Raspall, dándole su fisionomía novecentista y añadiendo el tradicional león en el surtidor.


Fuente del Lleó

Caldes de Montbui, tradición balnearia


La tradición balneària, tal y como la entendemos hoy, en Caldes viene de muchos años atrás. Desde el siglo XVII hay documentos que dejan constancia, aunque es en el siglo XIX cuando adquiere su máximo esplendor. En esta época Caldes de Montbui era la primera estación termal de Cataluña y la segunda de la península, tanto respecto al número de balnearios como por su calidad.

Hasta nueve balnearios llegaron a haber en esa época. Todos ellos eran lugares de pedigrí donde venía la burguesía catalana y europea a recibir tratamientos a base de estas aguas que tienen propiedades curativas y medicinales más que demostradas desde la época romana. El más conocido del momento fue el hoy desaparecido Balneario Can Rius, uno de los más lujosos de Europa. El restaurado salón del antiguo balneario mantiene la belleza y el espíritu novecentista que ofrecía en su época de esplendor y su preciosa galería de los vitrales, que en los días soleados da un auténtico espectáculo de luz y color. De vez en cuando se celebran conciertos, casamientos u otros acontecimientos sociales que permiten rememorar tiempos pasados.


Galería de los vitrales de Can Rius

Bajar las escaleras y entrar a la galería de baños modernista del Hotel Balneario Broquetas permite también viajar a épocas pasadas, pero a diferencia de Can Rius, aquí todavía es posible realizar un tratamiento tal y como hacían las familias benestantes de la época. Detrás de una de sus puertas se esconde también su secreto mejor guardado: una auténtica sauna romana (vaporàrium) del siglo II, en forma de estufa natural de piedra cubierta con un arco, alrededor de la cual los romanos se sentaban en bancos.


Galería modernista del Balneario Broquetas

Caldes de Montbui, relax cerca de casa


Hoy en Caldes hay actualmente tres balnearios, todos ellos con una larga historia detrás. Por suerte hoy en día y no hay que pertenecer a la clase alta para disfrutar de las bondades de sus aguas termales. Caldes queda cerca de casa y sus balnearios disponen de opciones al alcance de todos los bolsillos. Te podemos asegurar por experiencia propia que cuando sales de hacer el circuito termal te sientes como nuevo.

Nosotros nos alojamos en el Hotel Balneario Vila de Caldes. Para empezar, la perspectiva de levantarse un domingo y saber que tienes por delante una sesión termal, no tiene precio. Primero, un rato en el vaporarium para abrir poros y limpiar la piel. Acto seguido hacia la piscina termal con cascada cervical para relajarse y soltar toda la tensión acumulada durante la semana. Y para acabar una ducha de rayos termales a presión para estimular la circulación de la sangre. Parece mentida la de propiedades que puede llegar a tener el agua, y compartir la experiencia en pareja todavía lo hace más especial. ¡De lujo!


Piscina termal del Hotel Balneario Vila de Caldes

Para darte todavía más ganas de ir te explicaremos que este es el balneario más antiguo de los existentes en Caldes -fue fundado en el 1680-, a pesar de que el edificio actual fue construido el año 1849 y totalmente renovado en el 1992. Más allá de su actividad termal, a comienzos del siglo XX fue también un importante centro cultural donde se reunían artistas de renombre como los pintores Miró, Mir y Gispert, entre otros. Quien sabe, quizás en algún momento hemos reseguido sus pasos por alguno de los pasillos o jardines del hotel...


Fachada del Hotel Balneario Vila de Caldes

Los otros dos balnearios de Caldes son: l' Hotel Balnerio Broquetas, del cual ya hemos hablado anteriormente, y el Hotel Balneario Termes Victoria. Este último se hizo especialmente famoso a mediados del siglo pasado porque iba el equipo del FC Barcelona de la época de Kubala, Ramellets y compañía. Los tres balnearios ofrecen paquetes que van desde unas horas -a partir de 20€-, hasta estancias de una semana con el alojamiento y pensión completa.


Thermalia, museo termal y galería de arte de 1r nivel


El Museo Thermalia es un centro temático dedicado a la cultura del agua termal. Thermalia presenta de forma didáctica y amena, la historia de las aguas termales (que brotan de la tierra a 74ºC) y su incidencia y vinculación con la gente y el entorno que lo rodea. Es la visita ideal para conocer el alcance y la verdadera importancia del agua termal del municipio.

Pero si pasear por el museo y aprender sobre el mundo termal ya es bastante alentador, todavía lo es más llegar a las plantas superiores del edificio. Allá se exponen más de un centenar de obras de Picasso. Un hecho poco conocido pero que le supone ser el segundo museo de Cataluña con más obras del famoso pintor malagueño.


Tercera planta del Museo Thermalia

Manolo Hugué fue un artista novecentista polifacético, que destacó sobre todo como escultor pero que también pintó y diseñó joyas. Era un amigo respetado de Pablo Picasso con quién coincidió en la Barcelona de "Els quatre gats" y después en el efervescente París. Ya más mayor se estableció en Caldes de Montbui por motivos facultativos (tenía artritis). Curiosamente no hizo gran fortuna en vida y Picasso, cuando Hugué murió, regaló varias de sus obras a la familia, que había quedado en una situación económica débil. Posteriormente la familia de Hugué cedió generosamente al Ayuntamiento de Caldes de Montbui las obras, tanto del escultor como las del famoso pintor. Hoy se exponen en el Museo Thermalia de manera permanente conformando una colección única que, por sí sola, ya merece una visita a Caldes.


El agua termal, en el día a día de los calderinos


El agua termal continúa formando parte de las actividades más cotidianas de los calderins. Antiguamente se utilizaba el agua caliente de la Fuente del Lleó para desplumar a los pollos, calentar intestinos para hacer morcillas o lavar platos. Ya hace muchos años que por razones sanitarias no se hace todo esto públicamente, pero todavía hay mucha gente que sigue cogiendo el agua caliente para cocinar, lavar ropa o bebérsela.

En la villa hay tres lavaderos donde llega el agua caliente de la Plaza del Lleó: dos abiertos al público y un tercero en espera de rehabilitación para poder ser visitable. El lavadero de la Portalera, en la misma calle de la muralla, muy grande y con suficiente capacidad por una veintena de personas es uno de los más emblemáticos. A pesar de que no tiene la actividad de hace unas décadas, todavía lo usan muchas mujeres del pueblo para lavar la ropa o ir a buscar agua caliente. Era y es un espacio donde encontrarse y hacer tertulia.


Lavadero de la Portalera

Ir a dar una vueltecita por el lavadero es encontrarse con escenas cotidianas ya olvidadas en otros pueblos. Allí conocimos a Mari Carmen, una mujer que no vive en el pueblo pero que va a menudo para disfrutar de los balnearios. Sólo tiene buenas palabras para Caldes y acostumbra siempre a lavar la ropa en la Portalera con un jabón artesano que ella misma hace (dice que todo queda más limpio que en la lavadora). En el rato que estamos charlando también coincidimos con otra mujer, que hace varios viajes para ir a buscar agua caliente para cocinar en su casa.


El lavadero de la Portalera. A la izquierda Mari Carmen lavando la ropa.


Pero el agua termal en Caldes ha tenido otras muchas utilidades, aparte de la balneària. Oficios perdidos como el de cestero o el de botero tenían en el agua caliente un importante aliado para ablandar y doblar el mimbre de los cestos y la madera para hacer las botas de vino. Hoy todavía varios negocios familiares aprovechan el agua termal para elaborar sus productos de forma artesanal, dándoles un toque especial que los hace singulares.

Los carquinyolis son de tradición centenaria en Caldes y, según dicen, son de los más buenos que se pueden probar. Su secreto está en el proceso previo de elaboración, cuando las almendras se dejaban a remojo con agua termal para pelarlas con facilidad y mejorar el gusto. En Casabayó, una pastelería con solera que hace esquina en la Plaza del Lleó, es el lugar más indicado para comprarlos.

En Sanmartí son artesanos de la pasta desde el 1700. Carles Sanmartí, el propietario actual, continúa manteniendo exactamente el mismo proceso que utilizaba su bisabuelo para elaborar artesanalmente su masa. La hacen con agua termal y sin aditivos ni conservantes. Tampoco lleva huevo, lo que hace de ella un producto buscado y difícil de encontrar por los alérgicos de este alimento. Entrar dentro de su fábrica es como hacer un viaje a comienzos del siglo XX: la maquinaria se ha conservado intacta y, lo mejor de todo: ¡es la misma con la que elabora la pasta actualmente!


Maquinaria y almacén de Pasta Sanmartí


También el agua termal tiene la su propia cerveza artesanal en forma de Calderina. Otros productos alimentarios de Caldes son las cerezas, la miel, los embutidos y los licores.


Pero Caldes todavía tiene mucho más...

Los restos arqueológicos del poblado íbero de Terra Roja, la muralla medieval y la Torre de la Prisión, el puente románico, la iglesia románica de San Sebastián de Montmajor, el molí de l'Esclop, la iglesia de Santa María y su portalada barroca, el Museo Delger, la farmacia Codina (del 1810), el entorno natural del municipio para hacer rutas a pie o en bicicleta... Espacios y ofertas para todos los gustos.

¿Y después de explicarte nuestra experiencia, no te han venido ganas de desconectar e ir a pasar unos días a Caldes? ;-)


Información práctica


En la web "Visiteu Caldes" encontrarás toda la información necesaria para preparar una escapada y conocer los atractivos del municipio. Una vez allí, la oficina de información turística se encuentra en la planta baja del mismo Museo Thermalia.

Cómo llegar

Caldes de Montbui está a tan sólo 30 km de Barcelona.
Está bien comunicado por carretera y con transporte público.


Muestra un mapa más grande

Dónde comer

Restaurante Robert de Nola:  Restaurante de cocina catalana e innovadora que gustará a los paladares más exigentes. Está regentado por Josep Riu, restaurador y antropólogo, gran conocedor de los productos de la tierra. Nosotros degustamos un menú especial inspirado en la reintepretación de la cocina de la época romana, elaborado a partir de los productos locales. Un avance de lo que ofrecen durante las jornadas gastronómicas que se celebran en Caldes durante el mes de marzo en el marco del evento "Fem bullir l'olla".

Robert de Nola es el lugar ideal para sorprendrer a la pareja. De los mejores restaurantes donde hemos comido, una auténtica experiencia gastronómica. Precio a partir de 35 €.




Burg & Gintonic: De aire más informal y ambiente juvenil. Se distingue por la carta de hamburguesas de diversos gustos, como de trufa, foie o gin tonic. También son muy buenos los huevos estrellados y sus postres. Lugar ideal para cenar y tomar la primera copa. Comparte edificio con el hotel balneario Vila de Caldes, en el verano su terraza promete. Ideal para presupuestos ajustados, precio a partir de 8 €.

Dónde dormir

La mejor opción es allotjarse en el mismo hotel balneari donde disfrutarás del circuito termal. Nosotros nos alojamos en el más lujoso de los tres, el Hotel Balneario Vila de Caldes. Sus habitaciones son amplias y cómodas con meticulosos detalles, como por ejemplo encontrar encima de la cama un albornoz y i zapatillas, además de contar con un personal muy amable. En verano, su piscina exterior y solarium son un gran valor. Un cuatro estrellas a la altura de las ocasiones más especiales.

El Hotel Balnerio Broquetas y el Hotel Balneario Termes Victoria son hoteles de tres estrellas con solera. Todos ellos ofrecen paquetes que incluyen alojamiento y tratamiento termal. También hay opciones más económicas como el camping El Pasqualet.


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