lunes, 19 de octubre de 2015

El Museo Savitsky, un gran museo de arte en medio de la nada en Uzbekistán


La mejor colección de arte moderno de la antigua URSS no está en ninguno de los grandes museos de San Petersburgo o Moscú, está en Nukus, una pequeña ciudad uzbeca próxima a la frontera con Turkmenistán. En medio de nada, este museo es una auténtica sorpresa para el visitante. Desconocido para muchos, lo denominan el Louvre del desierto (a pesar de que este nombre le queda grande).

Igor Savitsky (1915-1984) fue la salvación para muchos de los artistas repudiados por régimen comunista, que no veía con buenos ojos todas aquellas corrientes artísticas ajenas a la la línea propagandística oficial. Savitsky, pintor y mecenas ruso, fue comprando sus obras. En total la colección del museo está formada por 15.000 cuadros y 75.000 obras de arte más (esculturas, joyas, vestidos...). La historia del Museo Savitsky parece más propia de una leyenda. Es el resultado de la obstinación de un hombre para luchar contra aquello establecido y salvar aquello insalvable, es una historia heroica con cierta dosis de suerte y surrealismo.


Nukus


Savitsky estuvo por primera vez en Asia Central durante la Segunda Guerra Mundial cuando el Instituto de Arte Surikov donde estudiaba fue evacuado de Moscú a Samarcanda. A pesar de la miseria del momento, Igor quedó cautivado por la región y se hizo amigo otros artistas. Seguramente por este motivo en los años 50 aceptó con entusiasmo la propuesta de volver a Uzbekistán y participar en varias expediciones arqueológicas y etnológicas en las que él era el artista de la expedición. Esta vez su destino fue la región autónoma de Karakalpakstán, al noroeste del país, donde se dedicó a recorrer pueblos remotos a la busca de vestidos, joyas, alfombras, instrumentos musicales y otros objetos tradicionales que enviaba a los grandes museos de Moscú y Leningrado. De forma definitiva renunció a su cómodo apartamento en la moderna calle Arbat de la capital rusa para tener una vida más simple en Nukus. Allí pasó a trabajar en la sucursal local de la Academia de Ciencias de Uzbekistán, un trabajo que podía compatibilizar con la pintura. Fascinado por la cultura y el pueblo de la estepa, aquellos paisajes áridos significaron para él lo que la Polinesia fue para Gauguin.


"Caravana" de Alexander Volkov

Su pasión por la pintura lo llevó primero a ser mentor de otros artistas y posteriormente a convencer a las autoridades locales de la necesidad de tener un museo. En el año 1966 se fundaba el Museo de Bellas artes de Nukus -precursor del museo actual-, del que Igor Savitsky ya desde un inicio fue el máximo responsable. A partir de aquel momento se dedicó a dirigir expediciones similares a las que había participado en un pasado, con la diferencia que esta vez los objetos que recopilaba ya no iban a parar a salas de museos que estaban a miles de kilómetros, sino que pasaban a formar parte del nuevo museo como testigo físico de la tradición e historia local. Paralelamente estableció las bases de la colección pictórica con la adquisición de obras de artistas vinculados en Asia Central en general y Uzbekistán en concreto.

museo Savitskymuseo Savitsky
                                  “El toro” de Vladimir Lysenko                                                      "De rodillas" de Lev Galperin


Rápidamente Savitsky amplió su colección. A la vez, creció su preocupación por el impacto negativo de las políticas culturales soviéticas contrarias a ciertos movimientos artísticos introducidas bajo Stalin y continuadas por sus sucesores. No podía quedarse de brazos cruzados y esperar a ver como toda una generación de la cultura rusa desaparecían. Decidió actuar y, gracias a la confianza que inspiraba entre algunos funcionarios locales clave, fue capaz de reunir una gran colección de vanguardia rusa durante un periodo de 10 a 15 años. Miles de pinturas y otras obras de artistas desterrados llegaron de toda la URSS al refugio remoto y relativamente seguro de Nukus, forjándose así la leyenda de su mítico museo. Obras olvidadas eran rescatadas de sus escondrijos a la vez que sus creadores y descendientes conseguían un valioso dinero que les permitía llevar una vida digna en una sociedad que los había estigmatizado. Irónicamente Savitsky utilizó fondos públicos para financiar sus adquisiciones, obras prohibidas por la esfera oficial.


museo Savitsky
“Arba” de Alexander Volkov

En cualquier otro lugar, las galerías del Museo Savitsky estarían llenas de turistas provenientes de todo el mundo, pero la misma ubicación lejana que salvó sus obras hace también que sean pocos los que se lleguen hasta aquí para admirarlas. Durante nuestra visita sólo nos hemos cruzado con dos occidentales y a una veintena de niños de una clase, aparte de los vigilantes. Una afluencia que hace que los ingresos por las entradas sean exiguos y que el museo no sea viable si no fuera por las ayudas económicas que le ofrecen entidades internacionales y particulares extranjeros. 

La presentación de las obras no es ahora mismo la mejor: la carencia de espacio hace que las obras se apilen en diferentes niveles de las paredes y con una distancia entre ellas insuficiente para admirarlas plenamente. Incluso en algunas salas se han levantado de forma torpe tabiques que las dividen para aumentar los metros lineales expositivos, unas condiciones que no hacen justicia a la importancia del que allí se expone -por suerte pronto se inaugurarán dos edificios que permitirán al museo triplicar su superficie-Independientemente de este hecho, no podemos evitar que se nos ponga la piel de gallina cuando admiramos las obras que tenemos delante y pensamos en la historia que hay detrás de ellas. Sin duda este ha sido el museo de arte más singular que hemos visitado nunca.


museo Savitsky, Nukuspintura museo Savitsky, Nukus
                            "Apocalipsis" de Alexey Rybnikov                                           "Camino de la vida y de la muerte" de Alexander Nikolaev


Información práctica:

Cómo llegar:

Nukus es la capital de la república autónoma de Karakalpakstán y se sitúa a 825 km de Tashkent. Si se llega desde la capital de la Uzbekistán, la mejor forma de llegar es en avión: entre 2 y 3 vuelos diarios de Uzbekistán Airways. La duración del trayecto es de entre 1h 45m y 2h 30m y el precio entre 70 y 85€ dependiendo del horario. También existe la posibilidad de llegar directamente desde San Petersburgo y Moscú (varios vuelos a la semana) pero en cambio habrá que hacer escala larga si se quiere llegar desde Bukhara o Samarkanda. El aeropuerto está a sólo 2 km del centro, al que se puede llegar andando, en bus (conectado con los vuelos) o taxi (6.000 soums). Desde la capital también se puede llegar en tren en un trayecto que dura entre 20 y 21 horas (varios trenes a la semana).

Nukus está a 180 km de Khiva -uno de los lugares indispensables a visitar en cualquier viaje en Uzbekistán-. La mejor opción para hacer el trayecto es el taxi compartido. Hay que coger dos: primero de Khiva a Urgench (5000 soums/pax, 30 min) y después de Urgench a Nukus (25000 soums/pax, 2h).

Alojamiento:

Al no ser una ciudad turística, las opciones de alojamiento a Nukus son limitadas. Sólo hay tres hoteles y sus precios superan con creces los del resto del Uzbekistán.

Nosotros nos alojamos en el hotel Jipek Joli (45€ la habitación doble con baño). Es un hotel de estilo occidental equivalente a un 3*** superior. Habitación grande y cama cómoda, televisión con canales internacionales y WIFI. muy bien situado y con personal amable. Dispone de restaurante con unos precios razonables, pero tardan mucho en servir la comida.

De viajero a viajero:

La ciudad de Nukus, aparte del Museo Savitsky, no tiene ningún interés para el viajero. Vale la pena combinar la visita al museo con una excursión de un día a Muynak y el cauce del antiguo Mar de Aral para ver de cerca una de las mayores catástrofes ecológicas que ha causado el hombre (en sólo 30 años el agua ha retrocedido 180 km). Muynak está a 200 km de Nukus (2h 30 min de coche). Nosotros negociamos un taxi para todo el día por un precio de 60 $. Este precio incluía a la vuelta una parada al cementerio de Mizdakhan, donde hay varios mausoleos dignos de ser visitados..

Más información sobre el museo:

Web oficial: www.savitskycollection.org
Precio de la entrada: 25.000 soums adultos (15.000 estudiantes). Permiso para hacer fotos aparte.
Horario: de lunes a viernes a divendres de 9:00 a 13:00 y de 14:00 a 17:00 ; sábados y domingos de 10:00 a 16:00 h.


Cambio de moneda en el mercado negro: 1 € = 4400 soums (mayo 2015).


Uzbekistan
El museo Savitsky, en Nukus


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