viernes, 1 de abril de 2016

Montblanc: tierra de historia y de leyenda, de buena comida y buen vino


"Dice la leyenda que hace mucho, mucho tiempo había un dragón monstruoso de zarpas largas y el aliento de fuego. Este dragón hacía huir al pueblo, mataba la gente con su aliento y se tragaba las personas vivas. Los ciudadanos, sin ninguna solución, decidieron darle dos ovejas cada día para apaciguar su hambre. Cuando se acabaron los corderos, le dieron vacas, bueyes y todos los animales que tenían hasta que se quedaron sin ninguno. El rey convocó una reunión, donde decidieron que harían un sorteo: le darían al dragón una persona cada día, para que se la comiera. Un día, por mala suerte, le tocó a la hija del rey..."

Así empieza la famosa leyenda de Sant Jordi en la que que el costumbrista Joan Amades la sitúa a la villa medieval de Montblanc. Hace unos días tuvimos la oportunidad de volver, hacía tiempo que teníamos ganas y en esta ocasión lo hacíamos por primera vez con nuestra pequeña Ivet.


Montblanc es un lugar de cuento, de dragones, princesas y caballeros. La visión imponente de las murallas es lo primero con lo que se topa el visitante, transportándolo de forma imaginaria a la época medieval. Si tuviéramos que hacer un viaje en el tiempo a aquella época sin duda escogeríamos esta tranquila villa de la Conca de Barberà. El patrimonio histórico es su gran atractivo, pero el visitante fugaz que se quede sólo con esta faceta se estará perdiendo sus otros valores. Montblanc es una villa para visitarla con calma, de forma relajada. Solo con tiempo se podrá descubrir la amabilidad de su gente, la riqueza de su gastronomía, el valor de sus vinos, su entorno natural o las pinturas rupestres con las que los primeros pobladores dejaron su huella. En este artículo te presentamos las diferentes facetas de Montblanc.

#montblancmedieval




Las murallas de Montblanc fueron construidas a mediados del siglo XIV, durante el reinado de Pere el Ceremonioso. Con un perímetro de 1500 metros, 1,2 metros de grueso, 6 metros de altura y una treintena de torres de hasta 20 metros de altura, conforman el recinto amurallado mejor conservado y más espectacular de la época en Cataluña. Originariamente había un foso y el conjunto tenía cuatro portales que conectaban a las vías de confluencia en Montblanc. Posteriormente se hicieron nuevas aperturas y, una vez perdida su utilidad defensiva, los montblanquinos aprovecharon los muros para adosar sus casas. Seguramente este hecho ha sido fundamental para que las murallas llegaran hasta nuestros días en buen estado.

Torre-portal de Sant Jordi, según la tradición fue aquí donde el caballero mató al dragón
Detalle de una escena medieval en uno de los muros de las murallas


Para hacerte una idea de cuán grande es la muralla, te recomendamos hacer el recorrido del paso de ronda de las murallas, que permite andar por la parte alta de los muros y atraviesa varias torres. Algunas de estas son visitables y desde lo alto se pueden ver las vistas más bonitas de la villa, con la catedral de fondo y todo el casco antiguo con sus callejones ondulantes. Dentro de estas torres encontramos paneles explicativos que ilustran su historia, construcción y funciones.

Paso de ronda por encima de las murallas
Vistas de Montblanc desde lo alto de una de las torres de la muralla

Pero lo que más nos gustó de nuestra visita fue pasear por las tranquilas calles del casco antiguo. Cada rincón está impregnado de una aureola atemporal y al caer la tarde, con la luz más tenue, parece que se recojan, llenas de historia. La arquitectura religiosa y civil ha ido dejando su huella en Montblanc en sus diferentes formas y estilos,  pequeñas joyas dignas de ser conocidas: el hospital de Sta Magdalena y su precioso claustro; la antigua iglesia de Sant Francesc, donde se reunieron las Cortes Generales de Cataluña en el 1414; el Palacio-Fortaleza del "Castlà", antigua residencia del representante del rey; la iglesia de Sant Miquel y su techo policromado de gran valor artístico; el Palacio Real, donde se alojaban los monarcas catalanes; la calle de los judíos, testigo mudo del desaparecido callo; la plaza mayor, punto de reunión de los montblanquinos y forasteros; el casal de los Josa, sede de las antiguas escribanías reales; la planicie de Santa Bárbara y sus vistas, con los restos de un poblado ibérico... y como no, la esbelta iglesia de Santa María la Mayor, notable obra del gótico ojival en Cataluña.

Calle Mayor de Montblanc con la San iglesia Sta María la Mayor de fondo
La iglesia de Sant Miquel
Claustro del antiguo hospital de Santa María Magdalena
Delante de la iglesia de Sant Francesc, donde se encuentra la Oficina de Turismo


La Semana Medieval de Montblanc

Cada año, por los alrededores del 23 de abril, se celebra la Semana medieval. Durante unos días las calles, plazas, torres y murallas de la villa se engalanan y se celebran varios actos relacionados con Sant Jordi: el Dracum Nocte (la llegada de las fuerzas del mal), el mercado medieval, la representación de la leyenda, la cena medieval, el torneo medieval, el concurso de juglares... También se pueden ver los turnos de guardia de los soldados, las banderas por los portales y calles de la villa y un campamento militar situado en el foso de la muralla.


#montblancnatural

Fuera de las murallas, las viñas, los campos de cereales y los almendros hacen suyo el paisaje. Algo más allá, el macizo de las montañas de Prades cobran el protagonismo. Encinares, pinedas y robledas ocupan este Espacio de Interés Natural y entre ellas se esconde un tesoro poco conocido pero de gran valor: en la zona se han encontrado -y se continúan descubriendo nombrosas pinturas rupestres que por su calidad y singularidad han sido declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO. Son pinturas que solo se pueden ver con las visitas guiadas, contratadas a través del Centro de Interpretación de Arte Rupestre (CIAR) o la Oficina de Turismo de Montblanc.

En el área de las Montañas de Prades y la Conca de Barberà (con su capital en Montblanc) se han localizado hasta el momento 15 conjuntos rupestres que, junto con los de los Abrigos de la Ermita en Ulldecona y la Roca de los Moros en El Cogul, se sitúan entre los enclaves más abundantes de Cataluña. El grupo de Prades se caracteriza por un predominio de signos esquemático-abstractos, acompañados de unos pocos ejemplos figurativos o naturalista-estilizados que se enmarcan en el llamado arte "levantino".

Delante del conjunto de Mas d'en Ramón Bessó

En una excursión a pie de unas cuatro horas, hemos visitado tres conjuntos ubicados en dos emplazamientos: en el primero se localizan en "El Portell de les Lletres" y el "Mas de'n Llort", y en el segundo, a sólo 15 minutos del primero, el conjunto llamado "Mas d'en Ramón Bessó". Estos nombres provienen de los antiguos cortijos que habían en este lugar y que, a medida que la población fue emigrando, finalmente fueron abandonados. Poca cosa queda ahora de aquellos caseríos, cuatro piedras mal colocadas. Las pinturas se encuentran al aire libre, a resguardo de unas rocas, únicamente protegidas con el cierre del recinto. Entre ellas distinguimos figuras rojizas de pequeño tamaño que representan motivos animales y escenas cotidianas de la época: un apicultor, un arquero y varios hombres cazando,... A pesar de que no sean unas pinturas espectaculares, cuando te paras a pensar que estás ante la impronta que dejaron nuestros antepasados hace miles de años no puedes evitar que se te ponga la piel de gallina.

Escena de caza en el Mas d'en Llort en la que se distinguen dos arqueros y un bovino;
Otro bovino en el Mas d'en Ramón Bessó

#montblancgastronómico

Por experiencia propia, podemos decir que en Montblanc se come bien, en cantidad y calidad, y que la comarca también tiene buenos vinos. Montblanc se descubre también a través del paladar, y una visita a la villa sería incompleta sin sentarse para disfrutar de una experiencia gastronómica en alguno de sus restaurantes o sin probar algún de sus reconocidos vinos.

Cata de vinos en el Restaurante El Call en una de les visitas organizadas por la Oficina de Turismo

La Denominación de Origen Conca de Barberà regula la producción vitícola de las cuencas de los ríos Francolí y su afluente, el Anguera. La variedad de uva autóctona es el "trepat"", que produce un vino rosado característico, ligero y aromático. Se utiliza también para hacer vino blanco con copage de parellada y macabeo, y vino tinto con copage de ojo de liebre. El 80% de la producción son vinos blancos noveles, frescos y afrutados, con predominio del parellada.

En nuestra estancia en Montblanc tuvimos la oportunidad de probar vinos con DO Conca de Barberà en diferentes espacios, pero queremos destacar la que hicimos durante nuestra visita a Vins de pedra (www.vinsdepedra.es). Hay que ir a una de las torres de la muralla para saborear uno los vinos de esta bodega. La torre es una casa privada de tres plantas de pequeñas dimensiones, decorada con muy buen gusto y con unas vistas excepcionales. La degustación de los vinos, que incluye la cata de cinco variedades y la visita a los aposentos de la vivienda, se hace en el salón de la planta baja. A nosotros nos gustó especialmente "La Musa", un vino tinto con copage de Cabernet Sauvignon y Merlot de doce meses de envejecimiento. No somos los únicos a quienes este vino ha seducido, pues ha sido galardonado con varios premios internacionales.

Arte y buen vino van de la mano en "Vins de Pedra"

Respecto a experiencias gastronómicas, queremos recomendar los siguientes restaurantes:

Restaurante Sant Francesc (www.santfrancesc.rest)
Restaurante del chef Carlos Barneda que recientemente acaba de ser galardonado con el sello de "slow food". Buena presentación, platos elaborados con un toque casero y a la vez de diseño en un local tranquilo al lado de la iglesia de St. Francesc. El hecho que sean platos de temporada elaborados con productos km 0, es un valor añadido. Como curiosidad, dentro del mismo restaurante se pueden ver algunas piedras que son los restos del convento de St. Francesc. Tiene un menú de 25€ de fin de semana calidad-precio muy recomendable.


Restaurante El Cortijo (www.restauranteelcortijo.com)
En pleno del centro de Montblanc, es un restaurante con solera, de aquellos al que van todas las generaciones de una familia porque todo el mundo se encuentra allí, se come bien y hay diversidad. Están especializados en tapas, pero modernas y muy originales, como las almejas con salsa de almendras, el "twister de langostinos" o el pincho adobado con hierbas. ¡Para chuparse los dedos!


Restaurante Cal Jordi (www.caljordi.com)
Si buscas un lugar de buena comida casera de aquellos de cantidad y calidad, este es tu lugar. Hay que destacar el "Menú de las tres cazuelas", realizado por el propio Jordi, que consta de tres platos elaborados a fuego lento durante horas en una cazuela. Lo forman tres carnes: pata de cerdo melosa, mejilla de cerdo adobada con 18 especies y conejo al anís. Delicioso es poco para definir este menú... A destacar también el carpaccio de pulpo y los "caracoles a la llauna".


Información práctica:

En la web "Montblanc medieval" encontrarás toda la información necesaria para preparar la escapada y conocer los atractivos del municipio. Una vez alláí, la oficina de información turística se encuentra en la antigua Iglesia de Sant Francesc.

Cómo llegar:

Montblanc está a medio camino entre Lleida (65 km) y Tarragona (40 km). De Barcelona queda a 120 km y de Girona a 210 km. Está muy bien comunicado por carretera y la mejor opción para llegar es en coche propio. También se puede llegar en transporte público (bus o tren), a pesar de que no hay mucha frecuencia.

Dónde dormir:

Apartamentos El Nas del Gegant (www.elnasdelgegant.cat)
Dentro de las murallas y en la misma calle Mayor de Montblanc son el lugar ideal para pasar una estancia, en nuestro caso, en familia. Se encuentran en una zona muy tranquila,  a pesar de estar en una ubicación tan céntrica. Acabados de estrenar en marzo de 2016, sus baldosas imitación a las antiguas y su sofá con chaiselongue le da un toque de diseño. Tienen todas las comodidades: cocina equipada, calefacción, sofá grande, televisión y un balcón que da a la calle. Si os hace falta cuna sólo tenéis que pedirle a Montse, la propietaria, una mujer amabilísima y que se preocupa porque todo el mundo esté a gusto.


Visitas guiadas:

Si quieres recorrer el paso de ronda y visitar alguna de las torres de la muralla de Montblanc como nosotros, te recomendamos que preguntes por las visitas guiadas que ofrecen a laOficina de Turismo de Montblanc al precio popular de 4€ adultos y 2€ para niños de 7 a 13 años. Ofrecen también visitas al conjunto monumental del casco antiguo y oficinas con degustación.

La única forma de conocer las pinturas rupestres es mediante visita guiada. Es necesario realizar una reserva previa ya sea telefónicamente o bien a través del formulario de la web. Hay que considerar que es una excursión que tiene un recorrido de unos 8 km  y que hay dos puntos del recorrido que tienen un desnivel considerable, en todo caso es apta por cualquier persona con un mínimo de buen estado de forma. Si no te apetece andar, siempre puedes hacer una visita al CIAR (Centro de Interpretación de Arte Rupestre), donde encontrarás las reproducciones de las pinturas.

Agenda:

Además de la Semana Medieval de abril, Montblanc tiene otros acontecimientos que se desarrollan a lo largo del año. Queremos destacar:
  • Brikània: Festival de Lego de Montblanc (en junio)
  • Terrània: Festival internacional de cerámica de Montblanc (en septiembre)
  • Clickània: Festival de clicks de Lego de Montblanc (en octubre)
  • Safrània: Feria de Sant Martí de productos agroalimentarios (en noviembre)


Este artículo no hubiera sido posible sin la colaboración de la Oficina de Turismo de Montblanc y los diferentes estableciemientos de hostelería y restauración que han hecho posible este blogtrip. También ha sido posible gracias a Barcelona Travel Bloggers, asociación de bloggers de viaje a la que pertenecemos. Nuestro especial agradecimiento a Quim, responsable del Área de Turismo y Projección Exterior de Montblanc, que nos ayudó y acompañó en todo momento.
El equipo de Barcelona Travel Bloggers (BcnTB) y Quim de Turismo de Montblanc delante de la muralla.

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