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Maria José y Lluís son nuestros invitados del mes de mayo y temporalmente les hemos cedido el blog para que nos expliquen su viaje a Brasil. -- Enric y Celia
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Lluís: bibliotecario de los de la “vieja escuela”, es decir, lector sin remedio que se declara rotundamente incapaz de ir a ninguna parte sin un libro en la mano y que mantiene una relación distante -bastante distante- con los whatsapp, los móviles y cualquier otro elemento que pueda estorbar su paz espiritual. Como forofo de la sociología –su segunda titulación-, uno de los elementos que más valora de los viajes es el contacto con la gente y la observación de la realidad social y cultural del lugar visitado. Al mismo tiempo, también le gusta la naturaleza y, en especial, todo aquello que tenga que ver con el agua: ríos, cascadas, lagos y, naturalmente, playas. Eso sí: deja los viajes intrépidos, las escaladas y las actividades que requieren bastante esfuerzo físico para más adelante; por ejemplo, para la próxima reencarnación.
Maria José: si necesitáis alguien que ponga orden en vuestra agenda, racionalice vuestras cuentas y atienda visitas y llamadas siempre con una sonrisa y una excelente predisposición, habéis topado con la persona ideal. Le encanta viajar , ya sean destinos cercanos o lejanos, ya se trate de ciudades o de natura, a pesar de que tiene una especial predilección por los pueblos pequeños, por aquellos lugares que quizá no tienen grandes monumentos, pero sí una autenticidad y un encanto cada vez más difíciles de encontrar.. Igual que su compañero, a la hora de visitar un lugar valora más una charla interesante con alguien de la zona que la desazón por querer verlo todo.
El caso es que, después de años hablando sobre ello, Maria José y Lluís han realizado finalmente uno de sus viajes deseados: Brasil. Claro que, como os podéis imaginar, después de haber leído las líneas precedentes, no se han dedicado precisamente a hacer incursiones por el Amazonas rodeados de pirañas y serpientes, sino que han escogido otras destinaciones más sosegadas (y más cómodas).
Concretamente, la primera etapa de viaje ha sido la ciudad de Río de Janeiro, punto de entrada y de salida del país. Desde Río, haciendo escala en Sao Paulo, se han dirigido al pueblo de Bonito, en el estado de Mato Grosso do Sul, lugar elegido porque en sus immediaciones se encuentran bastantes ríos y riachuelos donde el agua es increíblemente cristalina y donde se puede nadar rodeado de pescados, centenares de pescados. Saliendo de Bonito, y después de pasar más de 24 horas en autocares, llegan a Iguaçú y dedican 4 días a visitar, tanto desde el lado brasileño como desde el argentino, las cataratas de Iguaçú. Por último, y después de coger un vuelo de Foz don Iguaçú a Río, nos dirigimos a Paraty, un pueblo costanero de estilo colonial ubicado a unos 250km al sudoeste de Río rodeado de mar, islitas y montañas: un lugar idílico... ¡si el tiempo acompaña, claro!
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Lluís: bibliotecario de los de la “vieja escuela”, es decir, lector sin remedio que se declara rotundamente incapaz de ir a ninguna parte sin un libro en la mano y que mantiene una relación distante -bastante distante- con los whatsapp, los móviles y cualquier otro elemento que pueda estorbar su paz espiritual. Como forofo de la sociología –su segunda titulación-, uno de los elementos que más valora de los viajes es el contacto con la gente y la observación de la realidad social y cultural del lugar visitado. Al mismo tiempo, también le gusta la naturaleza y, en especial, todo aquello que tenga que ver con el agua: ríos, cascadas, lagos y, naturalmente, playas. Eso sí: deja los viajes intrépidos, las escaladas y las actividades que requieren bastante esfuerzo físico para más adelante; por ejemplo, para la próxima reencarnación.
Maria José: si necesitáis alguien que ponga orden en vuestra agenda, racionalice vuestras cuentas y atienda visitas y llamadas siempre con una sonrisa y una excelente predisposición, habéis topado con la persona ideal. Le encanta viajar , ya sean destinos cercanos o lejanos, ya se trate de ciudades o de natura, a pesar de que tiene una especial predilección por los pueblos pequeños, por aquellos lugares que quizá no tienen grandes monumentos, pero sí una autenticidad y un encanto cada vez más difíciles de encontrar.. Igual que su compañero, a la hora de visitar un lugar valora más una charla interesante con alguien de la zona que la desazón por querer verlo todo.
El caso es que, después de años hablando sobre ello, Maria José y Lluís han realizado finalmente uno de sus viajes deseados: Brasil. Claro que, como os podéis imaginar, después de haber leído las líneas precedentes, no se han dedicado precisamente a hacer incursiones por el Amazonas rodeados de pirañas y serpientes, sino que han escogido otras destinaciones más sosegadas (y más cómodas).
Concretamente, la primera etapa de viaje ha sido la ciudad de Río de Janeiro, punto de entrada y de salida del país. Desde Río, haciendo escala en Sao Paulo, se han dirigido al pueblo de Bonito, en el estado de Mato Grosso do Sul, lugar elegido porque en sus immediaciones se encuentran bastantes ríos y riachuelos donde el agua es increíblemente cristalina y donde se puede nadar rodeado de pescados, centenares de pescados. Saliendo de Bonito, y después de pasar más de 24 horas en autocares, llegan a Iguaçú y dedican 4 días a visitar, tanto desde el lado brasileño como desde el argentino, las cataratas de Iguaçú. Por último, y después de coger un vuelo de Foz don Iguaçú a Río, nos dirigimos a Paraty, un pueblo costanero de estilo colonial ubicado a unos 250km al sudoeste de Río rodeado de mar, islitas y montañas: un lugar idílico... ¡si el tiempo acompaña, claro!
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