¡Ya estamos en Mumbai! ¿Seguro?
¿Seguro que esto es India? No es exactamente como la recordaba... No puede ser...
¡Ay, mira que si nos hemos equivocado de avión!
No, no... confirmado: esto es Mumbai y estamos en India...
Es curioso como pueden llegar a ser las primeras impresiones de un país cuando lo visitas de nuevo...
Puerta de la India en Mumbai, 2014. |
Delhi, 12 de agosto de 2008
Era verano, volamos por la noche y aterrizamos en Delhi justo cuando los primeros rayos de sol hacían acto de presencia. Tan sólo atravesar la puerta del avión, lo primero que recordamos del país es el puñetazo que nos dio en la cara el aire denso y terriblemente caliente. Era sólo el primer aviso... Ya sudando de forma perpetua, el traslado hacia la ciudad no mejoró aquellas primeras sensaciones: justo estaban construyendo el metro y, en vez de una carretera asfaltada, nos encontramos con un terraplén de polvo. Ante el taxi atravesó una familia de monos, un hecho que posteriormente se hizo habitual pero que en aquel momento nos sorprendió al tratarse de una gran metrópoli.
Una calle cualquiera de Delhi, 2008. |
Cuando el taxista paró y nos señaló con el dedo el cartel del hotel que habíamos reservado, no nos lo podíamos creer. Multitud de gente, suciedad y un olor horrible que lo invadía todo. No queríamos bajar del coche, no nos acabábamos de creer donde habíamos ido a parar... Una vez dejadas las mochilas, nos atrevimos a salir y a dar una vuelta. Los cinco sentidos atentos a todo lo que nos rodeaba: un autorickshaw que pasa a toda leche rozándonos, el señor que nos sigue por todas partes para intentar vendernos no sé qué, la vaca que de golpe se levanta y por poco nos pisa... Era época de monzón y, a pesar de que en aquel momento no llovía, el suelo estaba enfangado. Llevábamos sandalias abiertas y no sabíamos muy bien donde pisábamos: nuestros pies acabaron completamente marrones, no sabemos si de barro o de mierda de vaca. Volver al hotel y observar, ya desde dentro, todo lo que pasaba allí fuera era como ver una realidad paralela, un mundo muy diferente al que habíamos conocido hasta aquel momento. Era sólo el primer día de viaje e inevitablemente nos vinieron a la cabeza preguntas como: ¿Que narices hacemos aquí? ¿Y tenemos que pasarnos cuatro semanas en este país? ¿Pero si las vacaciones son para pasarlo bien por qué narices hemos elegido India para pasarlas?
India fue el primer país en el que nos iniciamos como mochileros. Y el estreno, como ves, no fue que dijéramos muy esperanzador... India tiene lo mejor y lo peor, es un país que te absorbe y que te marca. Imposible dejarte indiferente: o te enamora o hace que lo odies, dos sentimientos que no tienen porque ser contradictorios y que se pueden ir alternando durante tu viaje. Por suerte aquellas sensaciones de nuestro primer día cambiaron a lo largo del viaje y tenemos que decir que también ha sido en la India donde hemos vivido algunas de nuestras mejores experiencias.
Mumbai, 24 de julio de 2014
A diferencia de hace seis años, esta vez llegamos por la noche. Son las dos de la madrugada y a pesar de hacer calor, es soportable. El aeropuerto es moderno y de los más lujosos en los que hemos estado. No tardamos más de 30 minutos en pasar el control de pasaportes, recoger las mochilas y subir al taxi que nos llevará a la ciudad. También es monzón pero el suelo hoy está seco. La carretera evidentemente está asfaltada y a estas horas no hay tránsito. Observamos por la ventana y vemos la silueta de algunos rascacielos, nos acercamos en el centro y hay edificios monumentales. Sí, también hay barracas, pero no es lo que más nos ha sorprendido.
Taj Hotel de Mumbai, 2014 |
Es al día siguiente, cuando después de dormir unas horas salimos a pasear. No hay autorickshaws, no hay vacas. Hay coches, pero también semáforos. No tenemos que ir mirando con cuatro ojos por la calle y podemos levantar la mirada para observar lo que hay a nuestro alrededor. Los edificios están dejados pero no más que en otras muchas ciudades donde hemos estado. Tiene un cariz decadente pero con un punto de encanto, especialmente los edificios de estilo gótico victoriano y art deco.
Mumbai es India, Delhi es India, pero Mumbai no es Delhi. ¿Son ciudades tan diferentes? ¿O quizás es que nosotros hemos canviado en estos seis años?
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