Propósitos viajeros para el 2015

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Por estas fechas es momento de proyectar el año que apenas acaba de comenzar. Es el momento idóneo en los que cada uno se marca retos como hacer ejercicio, empezar un curso de inglés, dejar los vicios que hace años arrastramos... Seguro que alguno de estos propósitos se te ha pasado por la cabeza y esperas cumplirlo a lo largo del 2015...

Pero, ¿y los propósitos viajeros? ¿Te has marcado algún propósito viajero para este año?

10 propósitos viajeros para el 2015

1. Slow travel

Viajar de una manera más relajada para disfrutar de la realidad que te rodea y conocer con más detalle el lugar donde vas. Muchas veces el hecho de querer ver el máximo de cosas en un tiempo limitado no nos deja ver más allá de los típicos monumentos. El "Slow travel" es una manera de viajar relajada donde cada cual decide qué le apetece hacer en cada momento, sin planear mucho anteriormente.

2. Hacer un road trip

O lo que es lo mismo: hacer un viaje por carretera. Coger un coche y recorrer zonas donde no llega el transporte público, quizás menos turísticas y vírgenes es una manera de descubrir lugares muy auténticos. Ya esté en el extranjero, como cerca de casa. Eso sí, por carreteras donde no haya mucho tránsito, que sino el viaje puede llegar a estresar, lo contrario de que buscamos.

3. Redescubrir rincones de tu propia ciudad

¿Verdad que paseando por tu ciudad en algún momento has descubierto una joya arquitectónica o bien una plaza con encanto que no conocías? Si en tu caso vives en un pueblo y ya te lo conoces todo, te recomendamos que vayas a tu ciudad más cercana y hagas el ejercicio de pasear por alguna zona que hace tiempo que no visitabas. ¡Seguro que te llevas alguna sorpresa agradable!

4. Viajar ligeros de equipatge

Es fácil decirlo, ¿pero hacerlo? ¿Somos capaces en un viaje de diez días de no meter a la maleta los "por si acaso"? Todas aquellas cosas que creemos imprescindibles pero que cuando volvemos a casa nos damos cuenta que no hemos utilizado o que no nos hemos puesto (en el caso de la ropa y los calzado). ¿Nos hemos planteado si son realmente necesarias? Tendríamos que hacer la maleta o mochila pensante de manera práctica. De hecho, cualquier cosa que necesitamos en caso de urgencia normalmente la podremos comprar en el destino.

5. Alojarnos en casas de amigos y conocidos

Aquel amigo que hace tres años que vive en Australia siempre nos pregunta cuando iremos a verlo. ¡Es el momento de hacerlo! No te lo pienses más y aprovecha esta oportunidad para conocer un lugar desde otra perspectiva, la que te puede dar un amigo o conocido que conoce el lugar porque vive allí. No hay nada mejor que una persona local te enseñe su ciudad, pueblo...Irás a lugares que no verías si fueras por tu cuenta, te enseñará cosas muy auténticas que no aparecen a las guías, y totalmente gratis. Bien, o a cambio de alguna cerveza.

6. Desconectar

¿Tu día a día no te permite parar el ritmo y necesitas alejarte para coger aire fresco y respirar para cargar pilas? Viajar es el mejor antídoto. Pero no hay que irse muy lejos para desconectar de todo y sentir que desaceleras el pie del gas. ¡Tan sólo con que estés unos días en la montaña en contacto con la naturaleza o en un pequeño pueblecito es fácil conseguirlo!

7. Dejarnos sorprender por el destino

Mirar en la guía qué lugares son de interés para visitar es útil, pero no hace falta que tengas un plan estricto para hacer cada día que te encuentras en el destino. Déjate llevar por la sorpresa de descubrirlo por tí mismo. A veces, metiéndote por calles adyacentes del centro neurálgico se pueden encontrar lugares muy interesantes, como un buen restaurante local, una plaza tranquila o bien coincidir con algún acontecimiento. Si no pruebas a desmarcarte de los lugares más conocidos, estas cosas te las pierdes.

8. Profundizar en la gastronomia local

La cultura del lugar no es sólo la historia, ver monumentos y museos. La gastronomía también forma parte. Así que culturitzémonos e intentamos encontrar un buen equilibrio entre ir a visitar cosas interesantes y comer bien. En muchos lugares se come realmente como auténticos reyes sin necesidad de gastarte una fortuna. Busca aquellos restaurantes con menú local para probar la gastronomía más auténtica.

9. Relacionarnos con la gente

No hay mejor manera de conocer un lugar que a través de su gente. Cuando viajamos, aunque hablamos en una lengua diferente, normalmente la gente está abierta al extranjero. Hablar con quien te encuentras por el camino hará que tu experiencia en el lugar sea diferente y la mayoría a veces verás que es una práctica que te aporta momentos muy agradables. Sólo hace falta que hagas memoria de algún viaje donde has tenido alguna buena experiencia con la gente local. ¿Verdad que recuerdas muy bien aquel momento? Esto quiere decir que para tí fue importante.

10. Practicar algun idioma

Seguro que después de tantos años estudiando inglés en el instituto no te habías planteado hablarlo en público. Hasta que decidiste que harías aquel viaje en Londres, ¿verdad? Entonces empezamos a ponernos nerviosos cuando queremos decir dos frases seguidas y que nos entiendan. ¡Fuera preocupaciones! Seguro que con tu inglés básico te entenderás a la perfección. Viajar es un buen momento para practicar aquel idioma que habías estudiado y que hace años que no lo hablas, una buena oportunidad para rememorarlo y quizás hacer algún amigo del lugar donde vas. ¿Why not? Y si no te entiendes nada, siempre está el idioma universal: ¡la sonrisa!

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Publicado en: Informacion general