jueves, 16 de abril de 2015

El Parque Nacional de Tarangire, elefantes y "pumbas" en Tanzania


¡Jambo viajeros! ¡Hakuna matata!


Sabías que la palabra "safari" quiere decir "viaje" en lengua suahili? Después de darnos cuenta de su significado, hemos llegado a la conclusión que la expresión "Me voy de safari" está muy mal utilizada por los occidentales: cuando decimos que vamos de safari, en realidad estamos diciendo que vamos de "viaje". De todos modos, los tanzanos no se lo toman mal y ya han adoptado la palabra como si su significado fuera hacer una incursión a la sabana africana.

El Parque Nacional de Tarangire es la primera parada en la ruta de nuestro safari por Tanzania. Este parque concentra la población de elefantes más grande de todo el país -más de 3000-. Teniendo en cuenta que estos comen unos 300 kg de hierba al día, esperamos encontrarnos con un paisaje verde y húmedo, con suficiente comida y agua como para alimentar su población de paquidermos. Y así es, los tres parques que hemos visitado durante este viaje –los otros dos son el Serengueti y el Ngorongoro-, este es en el que el manto verde de vegetación ha cogido un mayor protagonismo.



El trayecto de Arusha en el parque Nacional de Tarangire se nos hace muy entretenido. De camino atravesamos por varios pueblecitos donde empezamos a ver gente vestida con las típicas mantas de tonalidades cobrizas, se nota que hemos entrado en territorio masai. A partir de ahora no dejaremos de ver estos colores en todo el viaje. Nuestro guía, nos explica que los massai siempre llevan encima un palo para apoyarse y un cuchillo como defensa. Esta gran comunidad viven en "mañatas", unos pueblecitos con forma circular, en casas construidas de barro y madera. Las vacas son su posesión más preciada, puesto que con ellas se paga la dote matrimonial y establecen el estatus social de la familia. Los animales serían el equivalente al que en occidente se puede tener en cosas materiales que compramos, como el coche, la moto, el móvil, el televisor... Así que aquí es muy normal que todas las familias tengan su rebaño de vacas: un masai puede tener una media de entre 50 y 100 vacas, y los más ricos pueden llegar a tener más de 1000. Los masai son seminómadas y muchos se van moviendo durante el año con sus animales a la busca de los mejores pastos. Las vacas son el centro de su mundo y, a diferencia de la sociedad occidental, la vivienda no tiene mucha importancia para ellos.



Llegamos al campamento donde dormiremos esta noche, el Zion Camp Site (fuera del parque pero a poca distancia de la entrada). Descargamos el coche y dejamos a nuestro cocinero, a nuestro retorno nos encontraremos con la cena a mesa y nuestras tiendas montadas –un lujo al que no estamos acostumbrados, pero común en este tipo de viajes-. Es media mañana y es hora de hacer nuestra primera incursión a la vida animal africana. Avanzamos por dentro del parque y el paisaje de arena cobriza se va transformando en otro más verdoso. El nuestro el horizonte es lleno de baobabs, hierba de diferentes tonalidades y, al fondo, el lago Manyara, uno de los más grande de Tanzania y en el que habitan todo tipo de aves.



Tan solo entrar al parque empezamos a ver un montón de animales y no nos lo acabamos de creer. ¡Por mucho que nos lo habían explicado, no pensábamos encontrar tantos! ¡Tenemos la sensación de entrar dentro de un documental de aquellos de la 2! Delante nuestro cruza de repente una jirafa, vemos varias cebras, ñus, babuïnos, impalas, búfalos, tortugas, secretarias (unos pájaros muy vistosos)... Parecemos unos niños en estado de excitación: con los ojos abiertos cómo y emocionados cada vez que vemos un animal diferente, las sorpresas son permanentes. Nuestro guía, nos explica que, a diferencia otros parques, en el Tarangire suelen haber animales durante todo el año. Aquí los animales encuentran comer todo el año y no migran a otras zonas como pasa por ejemplo en el Serengueti, donde ñus y cebras siempre van haciendo el ciclo migratorio en dirección de las agujas del reloj hacia las zonas de lluvia. Cuando menos, curioso... ¡Además de disfrutar, aprendemos!



De repente, aparece la primera familia de elefantes de nuestro primer día de safari, y nerviosos, pegamos un salto y miramos por el techo abierto del 4x4 para verlos, todavía incrédulos de que los tengamos tan cerca. Las pocas veces que habíamos visto elefantes al natural había estado en un zoo y mucho más lejos: ahora estábamos a tan solo dos metros de ellos. ¡Increíble!

Por cierto, ¿Sabes que el elefante es uno de los animales que tiene mejor memoria? Nuestro guía nos explica una historia que conoce sobre un jeep que en un safari atropelló un elefante y que este, a la cabeza de unos cuántos años, al reencontrarse con el mismo coche que le había hecho daño, lo reconoció y lo atacó. También son las elefantas de más edad las que guían los grupos, hecho especialmente importante en época de sequía: a pesar de que haga mucho tiempo de aquel hecho, recuerdan todos y cada uno de los lugares donde han encontrado agua y fuente de alimento a lo largo de su vida. ¡Parece mentira como pueden llegar a ser de inteligentes estos animales!



Pero el animal más divertido que vemos es el "pumba", ¿te suena este nombre? Sí, es el cerdo jabalí de la película "El Rey Leon". De hecho, pumba es su nombre en swuajili, igual que el león se llama "simba" –aquí tampoco se repensaron mucho a la hora de bautizar los protagonistas de la historia-. El pumba es un jabalí que desde muy pequeño corre que se las pela y juega a pelearse con sus hermanitos, pero no se trata de sólo un juego: esta actividad les sirve de entrenamiento para sobrevivir cuando sea más grande. Un hecho particular que nos sorprendió de este animal fue su singular manera de comer, avanzando apoyado sobre el suyas rodillas delanteras para tener la hierba más cerca. ¡Nos hemos dado un hartón de reir viendo el pumba comiendo!



Más adelante encontramos una veintena de impalas, un macho con su harén de hembras, que nos miran un poco asustados dudando de si quedarse o huir. Los machos impalas son polígamos, y marcan el territorio con sus defecacions. Cualquier impala macho que entre a este lugar se buscará problemas, en cambio las hembras serán siempre bienvenidas: estas eligen su macho en función de la fortaleza del animal y su zona de pasto. No es extraño por lo tanto encontrar también deambulando por otras zonas pequeños grupos de machos jóvenes, esperando a hacerse adultos y fuertes para tener su propio harén.



El momento triste del día lo pasamos cuando nos encontramos un elefante enfermo que yace al lado del camino. Se le ve cansado y no tiene fuerza para mantenerse derecho. Cuando tienen alguna enfermedad o ven que se aproxima su muerte, estos animales se estiman más quedarse sólo para no atrasar el resto del grupo. Después de acabar de ver una manada con un montón de elefantes pequeños, este hecho nos hace reflexionar sobre cómo es de sabia la natura. Unos mueren y otros nacen, es el ciclo de la vida animal y la selección natural hace que los más fuertes sobrevivan y que los más débiles dejen camino a los más jóvenes.



El sol empieza a bajar y es hora de volver al campamento. Antes de salir del parque pero, y a modo de despedida, vemos una de las escenas más entrañables que ha ofrecido la jornada: una jirafa amamantando su cría. ¡Que bonito!



Después de dos días recorriendo el Parque Nacional de Tarangire, podemos decir que no podíamos haber vivido mejor inicio de nuestro “safari” (viaje) por Tanzania, un buen bautizo por nuestra primera incursión a la sabana africana. El  Parque Nacional del Serengueti y la zona del cráter de  Ngorongoro son nuestras próximas paradas, lugares míticos con los que siempre hemos soñado ir y dónde veremos otros animales que nos apasionan: leones, leopardos, hipopótamos, rinocerontes, guepardos, cocodrilos, más jirafas y elefantes... ¡"Los 5 grandes" nos esperan! :)


Información práctica:

Durante el safari nos hemos alojado en zonas de acampada de los parques, a excepción de Ngorongoro, donde nos permitimos el lujo de dormir en un lodge. Durante el safari contábamos con guía, conductor y cocinero, cosa que se agradece mucho cuando haces una ruta en 4x4.

Un safari siempre es un viaje caro, el elevado precio de las entradas a los parques es el principal culpable. Una forma de ahorrar costes es evitar intermediarios y contactar directamente con una empresa local. Los precios son habitualmente un "todo incluido": coche, gasolina, comida, entradas a los parques, conductor, cocinero y guía. 

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