Acabamos año y comenzamos uno nuevo. Como cada mes de enero por estas fechas, es momento de plantearnos los propósitos viajeros que pretendemos hacer realidad en los próximos 366 días.
Hace unos meses un gran cambio tuvo lugar en nuestras vidas: se llama IVET. Los "Quaderns de bitàcola" hemos pasado de ser dos a ser tres, a ser una familia con una pequeña que desde que tiene dos meses de vida ha viajado a todas partes con nosotros y que de momento parece que le está gustando (ya veremos más adelante...). Así que, para este 2016, hemos querido plantearnos unos propósitos viajeros más adecuados para hacer en familia. ¡Esperamos poder cumplirlos!
1) Redescobrir algún lugar donde hayamos estado anteriormente
Creemos que visitar por segunda vez (o tercera, cuarta...) una ciudad es la mejor manera de conocerla y de disfrutarla. Como seguramente la primera vez ya has visitado todo lo más importante (los top ten que aparecen en la guía de viaje) ya no te sientes en la obligación de volver a verlo todo, todo, todo. Simplemente tienes que disfrutar del lugar y no tener más pretensión que hacer cada día lo que te apetece. Aquello que llama vacaciones “de verdad”. No está mal el plan, ¿verdad? Así, yendo a nuestro propio ritmo, también nos adaptamos a los horarios de nuestra pequeña, para comer y dormir cuando ella necesita y sin tener que visitarlo todo deprisa y a salto de mata.
2) Aprender a cocinar algún plato del país que visitamos
Como la gastronomía del país es una de las cosas que más nos atrae a la hora de viajar, nos proponemos aprender a cocinar alguno de los platos típicos de dónde hemos estado. Y por eso es muy importante probar el máximo de platos locales allí donde vamos. ¡Qué sacrificio más grande! ;)
3) Viajar con equipaje de mano
Seguramente os preguntaréis: ¿Es posible llevar solamente equipaje de mano cuando se viaja con niños? ¡Pues sí! Nosotros ya lo hemos hecho en nuestro viaje a Croacia (una semana) y en el de Georgia-Armenia-Jordania (tres semanas) que hicimos con Ivet y tenemos que decir que no echamos de menos nada. Todo el mundo tiene tendencia a poner cosas de más en la maleta, los ”por si acaso”, pero con el tiempo uno se da cuenta que pocas son indispensables: casi en todas partes se puede encontrar de todo. En nuestro caso, la cuna y la bañera de viaje no nos han acompañado nunca, y desde el primer viaje los pañales los vamos comprando en el lugar donde estamos sin necesidad de hipotecar media maleta. Así que, si vamos a un destino donde no hace mucho frío y no hay que llevar ropa de abrigo, solo llevamos dos maletas de mano y la bolsa de bebé (y el cochecito sólo si vemos que lo podemos utilizar en el destino).
4) Alojarnos en casa de amigos o familia
Ahora que Ivet ya tiene unos meses de vida hemos visto que la opción de quedarnos unos días en un apartamento no aporta una mayor comodidad a la hora de viajar (puedes hacerte el desayuno tranquilamente por la mañana, calentar lo que haga falta, etc...) ¿Y qué mejor que hacerlo en casa de conocidos o familia? Nos gustaría mucho que nuestra pequeña conozca a la familia más lejana y a aquellos amigos que hace tiempos que no vemos. Estamos seguros de que nos sentiremos como en nuestra propia casa.
5) Slow travel
Queremos decir relax del de verdad. Y, si es posible, dormir más horas de las que estamos durmiendo durando los primeros meses de vida de Ivet (¡que no son muchas!). Nos gustaría hacer slow travel para poder disfrutar de nuestra niña sin prisas, hacer alguna siesta de vez en cuando (si Ivet nos deja), ver alguna puesta de sol... En resumen, disfrutar de todos aquellos pequeños momentos tan importantes.
6) Contacto con la gente local
Una de nuestras premisas a la hora de viajar es conocer como es el día a día de la gente del lugar donde vamos, su cultura, sus preocupaciones y alegrías...Verlo con nuestros propios ojos. Queremos que Ivet también forme parte de esta filosofía viajera. Y a pesar de que todavía sea muy pequeña y que no recordará los viajes que hizo siendo una bebé, creemos que esta experiencia de una manera u otra quedará en su subconsciente para siempre. ¡Y quien sabe si quizás con los pocos meses que tiene también aprende idiomas y no nos hemos dado cuenta!
7) Aprovechar los descuentos para familias
En cuanto a los billetes de avión, los bebés hasta los dos años de edad tienen descuentos importantes. A pesar de que no pagan el total del billete sí que pagan las tasas, pero resultan precios muy interesantes sobretodo para destinos intercontinentales. Un buen motivo para viajar bien lejos. ;)
8) Tener contacto con la naturaleza
Desde que ha llegado Ivet a nuestras vidas creemos importante que conozca y experimente con sus sentidos todo aquello que a nosotros de pequeños también nos gustaba experimentar. Por eso hacer un viaje, por ejemplo, a la montaña, creemos que puede llegar a ser -además de saludable- una buena manera de que ella aprenda como son los sonidos y los olores de la naturaleza, una parte esencial en la vida de todo ser humano.
9) Viajar con amigos
Esperamos hacer realidad alguno de estos viajes con amigos y sus hijos. Seguro que para Ivet conocer otros niños será divertido y para nosotros, padres noveles, será nuestra primera experiencia viajera con otra familia.
10) Disfrutar del mar
El contacto con el agua del mar es una de las experiencias más impactantes para un bebé. Mojarse y flotar es una sensación nueva que nos gustaría que viviera Ivet cuando tenga algunos meses más. ¡Ya veremos en qué país y en qué playa!
¡Por un año lleno de viajes, que tengas un feliz 2016 viajero!
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