domingo, 29 de abril de 2012

Las aventuras de Alex: Old England toffee


Que emoción, voy a la estación Gare du Nord de París para tomar el tren Eurostar que me llevará a Londres.... ¡Qué manera de correr y ser cómodo! Llego a Londres volando por tierra. Menos mal, mi amiga me está esperando y ya me tiene el mapa hecho para moverme por la ciudad mientras ella cumple con el magister en transporte que está cursando en el Imperial London College. Esta vez no me pierdo, con París y Barcelona ya tuve suficiente… tres de tres hubieran sido demasiadas veces.

Lo primero que tengo que asimilar es que acá tengo que usar libras y que estas son muy caras para mí (a luca la libra) y lo compruebo inmediatamente: andar en metro 2,10 € andar en los buses rojos de dos pisos 2, 7 €. Pero los vale: qué metro mas cómodo, ordenado y eficiente comparado a París… Otro nivel: también disponen de atención personalizada en español. Eso se valora.





Mi primera vista de Londres, Picadilly Circus, ¡espectacular! Lo primero que visito: un McDonalds, jajajaja… la comida que se ha transformado en mi fiel y compañera inseparable y asequible. Saciada mi hambre, exploro y me sumerjo en esta gran urbe. Mientras camino, pienso en cómo esta pequeña isla con clima especial puede haber logrado expandirse tanto en el mapa mundial: Australia, Nueva Zelanda, India, Hong Kong, EEUU... las Malvinas... realmente los ingleses son aperrados.

Se siente y palpita una ciudad de glamour que se vanagloria de su monarquía, ciudad policultural y para variar mujeres bellísimas. Lo apunto a cada rato pero es que es verdad, ¡qué manera de haber mujeres guapas! No me cansaré de repetirlo, ¡me encanta!

Quedo pasmado cuando enfrento el Big Ben. Aunque llueve, para, y vuelve llover, no paro de tratar de conocer más lugares. Cruzo el Támesis y veo el London Eye, la noria más grande del mundo. Sigo con la más famosa abadía de Westminster, lugar donde se han desarrollado los momentos religiosos más importantes de la realeza inglesa. Hasta que llego al palacio de Buckingham,  sublime con sus típicos y característicos guardias... ¿estará la reina ahí? ¿contemplará los bellos jardines que lo rodean? ¿se sorprenderá que en esos jardines pasean libremente ardillas, cuervos, patos y pelícanos? ¿sabrá que he venido a visitarla?




  


Los chocolates son muy ricos pero caros, se va rápido el dinero. Aprovecho mi tarde y visito el estadio de Chelsea para ver el ambiente de la Champions League. Compartí con la barra del Barça, pero lamentablemente perdió... qué fuerte los precios de las entradas, ¡las revendían a 150 pounds!

Aproveché también para conocer el zoo. Qué completo, qué de recursos que tienen… basta con sólo entretenerse con los pingüinos, ¡son hartos! Y sigue este clima de mierda: se larga, para... se larga y para... pero hay que seguir conociendo.

Al día siguiente al Museo de historia natural. Acá casi todos los museos son gratis. Siento no ir a ver el frontón del Partenón y la Piedra Rosetta del British Museum pero el tiempo apremia. Prefiero ver en vivo y en directo la frivolidad de Harrods. Me instalé de propio a ver como cada instante paran  autos como Rolls-Royce, Porsche, Bentley, Ferrari… Bajan árabes e ingleses a pasear y mostrarse en este famoso centro comercial perteneciente al famoso Doddy Alfayed, padre del novio de Lady Di (quien se comenta fue asesinada por haber estado embarazada de este multimillonario egipcio, lo que habría molestado al circulo de hierro de la monarquía).

Hace un frío del demonio y llueve constantemente pero las inglesas andan de minifaldas y chalas. Son rudas. Pero repito, muy hermosas...






¡Me encantó Londres! Y si el otro día comenté que París es Santiago, hoy digo que Londres es Valparaiso. Se repiten las líneas arquitectónicas... Les comento que los ingleses asentaron una gran base de operaciones en Valparaiso para controlar el tráfico marítimo de los barcos que cruzaban el estrecho de Magallanes (antes no existía el canal de Panamá), por ello mucho en Valparaiso es inglés: la bolsa de comercio, las reglas impositivas aduaneras, el fútbol y así muchas otras cosas.

Me voy feliz. Fue poco pero gratificante... Mientras suena una gaita por ahí, alguien grita: ¡OLD ENGLAND TOFFE!

Estoy tomando el tren hacia Southend, una hora para conocer un trayecto más campestre. De ahí embarcaré a Ámsterdam... Barrio Rojo ¡allá voy!

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Alex es chileno y viaja por Europa durante tres semanas. Barcelona, París, Londres, Berlín, Ámsterdam y Roma son sus destinos. Temporalmente le cedemos el blog para que nos explique sus aventurs en estas ciudades: qué piensa, qué le gusta, qué le sorprende, qué echa de menos... Será interesante conocer el punto de vista de un chileno sobre nuestro continente. -- Enric y Celia
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