sábado, 12 de mayo de 2012

Las aventuras de Alex:
Preguntando se llega a Roma... y llegue!!!!


Miro mi reloj. Me llegó la hora. Debo abandonar Matrix Discotheque, partir raudamente a mi hotel, tomar mi mochila y dirigirme al aeropuerto de Berlín. Me voy a Roma, ¡que emoción! No importa no dormir... Conocer la gran Roma, el más grande imperio, sus monumentos, su historia, el legado cultural, el Vaticano… todo ello la hace una ciudad especial y única.

Ya la llegada a Roma fue entretenida. Ahí afloró la picardía latina... Mientras hacía fila para abordar el bus que me llevaría al centro de la ciudad, hablo con un profesor a cargo de un grupo de estudiantes:
- “¿De dónde son?” Les consulto
- “Somos vascos, de San Sebastián. ¿Y tú?” Me contestan.
- “Soy chileno” Les respondo.

Con gran alegría me comentan que su portero -todos eran hinchas de la Real Sociedad-, es el chileno Claudio Bravo, gran arquero y muy querido por la fanaticada. Sin pensarlo dos veces saco mi pasaporte y les muestro mi nombre: Alex Bravo.

- “Soy primo de Claudio”  les dije ( lo cual no es cierto, solo coincidencia, a lo más lo conozco como el arquero de nuestra selección nacional)

Cuando dije esto, todos estaban felices y gritaban “¡Es el primo de Bravo!” y coreaban mi apellido una treintena de niños… jajajaa… Fotos de grupo y continuo mi camino.





Ya instalado en Roma me siento nuevamente como en casa -el tipo de gente, el lenguaje, lo cotidiano... atrás queda la otra Europa diametralmente opuesta: Londres, Ámsterdam y Berlín distan mucho del estereotipo romano y barcelonés-. Incluso en el alojamiento se nota, y es que se pueden encontrar hoteles baratos y pintorescos en Roma.

Mientras camino poco a poco, voy palpando la mezcla que ofrece esta ciudad: por un lado la modernidad propia de la arquitectura y construcción, pero que a su vez respeta su glorioso y esplendoroso pasado dejando de manifiesto la existencia de monumentos, columnas y ruinas que certifican y validan que Nerón, Julio Cesar, Bruto y cuantos más hemos oído hablar caminaron por estas calles. Monumental la Plaza Venecia. Cerca, las columnas del foro romano. Ruinas distribuidas cada ciertos tramos. Cientos de turistas disparando sus cámaras.

Enfilo hacia el Vaticano. Mientras cruzo el río Tíber aparece imponente la cúpula que identifica el dominio vaticano, un estado dentro de un estado. La plaza de San Pedro, imponente punto de reunión para miles de católicos que acudimos desde diferentes rincones del orbe cual Meca para los musulmanes. Estoy de suerte, justo hoy el Papa da cuenta anual de su gestión y lo que espera hacer este año. Bajo un intenso sol aparece el papamóvil, sobre él una figura destacada saludando y bendiciendo a un millar de gente. Igual se me pone la piel de gallina: mal que mal es el Papa, y lo veo a no más de 50 metros. Cierto es que en televisión lo veo más cerca, pero en vivo y en directo es otra cosa... emociona... Juan Pablo II visitó Chile en 1985 –sí, hace ya 27 años-, yo creí que nunca más volvería a ver a la mayor figura de la iglesia católica y ¡aquí estoy!





Después no me queda más que seguir maravillándome con los Museos Vaticanos, la Capilla Sextina. Abandono y sigo al río, me parece fantástico que en plena ciudad muchos estén pescando en sus riberas y aun más cuando veo que atrapan grandes peces.

Llego al Circo Máximo, estoy cerca del lugar que más me apasiona conocer de Roma. De pronto aparece magnánimo y gigante El Coliseo. Solo atino a repetir la frase que siempre he escuchado: "los que van a morir te saludan"… Quedé tan perplejo como cuando vi Gladiador en el cine, pero esto es de verdad. Aquí se respira historia, estoy sin palabras, solo contemplo…






Luego, un devenir de lugares emblemáticos. Uno a uno van apareciendo: la Plaza España, la Plaza del Pueblo, la Fontana di Trevi… En cada lugar cientos de turistas, cafés, tratorias y bares repletos de gente disfrutando de esta ciudad. Roma tuvo, tiene y tendrá ese encanto, esa magia y por sobretodo esa mística... A partir de Rómulo y Remo.... Roma es grande... Roma te saluda...





Cómo pasan de rápido los días. Empieza la cuenta regresiva. Tengo sentimientos encontrados: feliz porque vuelvo a Barcelona, pero triste porque eso indica el final de mi viaje… ¡Carpe Diem! Ahora me siento como un soldado romano: caminando, durmiendo poco, pero conquistando Europa.

Adiós.
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Alex es chileno y viaja por Europa durante tres semanas. Barcelona, París, Londres, Berlín, Ámsterdam y Roma son sus destinos. Temporalmente le cedemos el blog para que nos explique sus aventurs en estas ciudades: qué piensa, qué le gusta, qué le sorprende, qué echa de menos... Será interesante conocer el punto de vista de un chileno sobre nuestro continente. -- Enric y Celia
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