jueves, 26 de marzo de 2015

Un día en el Serengueti


El Serengueti. Un lugar mítico como pocos, de esos que hacen que se te iluminen los ojos tan sólo escuchar su nombre y con el que sueñas con ir almenos una vez en la vida. Finalmente hoy hemos hecho realidad todos aquellos paisajes y escenas de animales que tantas veces habíamos comtemplado en documentales sentados en el sofá de nuestra casa. Cualquier superlativo se queda corto para intentar explicar lo que hemos visto allí.


Llegamos ayer procedentes de Ngorongoro, otro de estos lugares con pedigrí. Con 23 kilómetros de diámetro y 800 metros de profundidad aloja en el interior de su cráter la mayor densidad de depredadores de toda África. Pero el área protegida va mucho más allá de su famoso volcán: en ella se han descubierto restos de algunos de los homínidos más antiguos del planeta y hoy todavía viven los massais, manteniendo su estilo de vida tradicional en comunión con la fauna salvaje del lugar.


Por el camino hemos ido dejando atrás manadas de miles de cebras y ñus que, incansables, migran permanentemente en busca de los mejores pastos. Desde tiempos inmemoriales su instinto de supervivencia va persiguiendo la lluvia, que estas semanas se desplaza hacia el sur. El paisaje del Serengueti también evoluciona según la época del año: el manto verde que cubre la llanura estos días pasará a ser marrón polvorientos durante la estación seca y los animales que ahora llegan volverán a marchar hacia el norte, atravesando el río Mara dirección Kenia.



Nos levantamos pronto, cuando apenas empieza a salir el sol. Estamos ansiosos por descubrir lo que nos deparará esta jornada. Cada día es diferente en la sabana africana, el factor suerte es un elemento importante para ver animales, pero también la compañía. Nosotros contamos con un guía y un conductor con una madera especial: ven los animales a gran distancia, los husmean, los intuyen. Así todo es más fácil.

Éstas son las anotaciones del diario de viaje de nuestra primera jornada entera en el Serengueti:

5:40- Es hora de levantarse. La luz del día deja atrás una noche en la que hemos escuchado la risa de las hienas y el rugido de un león. La tienda de campaña nos parecía poca protección los primeros días de safari, pero nos hemos ido acostumbrando. Este es su territorio y nosotros únicamente estamos de paso.

6:00- Hora de desayunar. Nos reencontramos nuestro guía y conductor y sobre el mapa marcamos lo que haremos hoy. Decidimos realizar una ruta circular que nos ocupará todo el día: primero nos dirigiremos hacia el este, hasta los límites del parque. Aquella es zona de kopjes, unos pequeños montículos de roca donde es habitual encontrar felinos. Desde allí cogeremos dirección sur para, con un poco de suerte, cruzarnos de nuevo con la gran migración de ñus y cebras. Ya por la tarde subiremos diagonalmente hacia la parte central del Serengueti para volver al campamento.


6:35- Después de tomar doble ración de café, empezamos el safari del día. Tan sólo salir del campamento nos encontramos con un grupo de unas 40 impalas. Alguno de ellos levanta la cabeza nuestro paso, pero no parece que los importe nuestra presencia.

6:40- Pasamos ante el centro de investigación del parque. Dos porterías improvisadas marcan lo que tendría que ser un campo de fútbol. En ninguna parte de jugadores campan once búfalos que parece que esperen al equipo contrario para empezar el partido.

6:50- Una docena de gacelas de Thomson. A pesar de que parecidas a las de Grant, la línea de pelo negro del tronco y su medida menor las delatan.

7:05- Una pareja de hienas atraviesa el camino justo ante nuestro, a la hembra le falta poco para parir. Quién sabe si son las que hemos escuchado esta noche...



7:15- Una avestruz, a quien parece que hemos asustado, empieza a correr. Por su pelaje negro sabemos que es un macho.

7:25- Un buitre reposa en la copa de un árbol. Bajo éste, dos cebras pacen tranquilamente.

7:40- Llegamos a la zona de los kopjes. El primer animal que vemos no es precisamente un felino, sino una jirafa que se ha ensartado hasta media altura de las rocas, un hecho poco habitual. A los pies de las rocas, un dic-dic solitario también pace tranquilamente. Mala señal, estos animales habitualmente van de dos en dos. Únicamente tienen una pareja durante su vida a quién son fieles para siempre. Cuando uno de los dos muere, el que queda continúa solo en en vez de buscar un nuevo compañero.


7:55- Los esperábamos más hacia el sur, pero es aquí donde reencontramos con la gran masa migratoria de ñus y cebras. Nos paramos un buen rato y quedamos rodeados de centenares de estos aque en la velocidad. Cacería abortada.

9:25- Un grupo de gacelas de Grant en medio de cebras y ñus. Son la especie invitada a la oleada migratoria que empezamos a dejar atrás.nimales. Tenemos la oportunidad de comprobar que, realmente, el dibujo que forman las rayas de éstas últimas es diferente y único en cada ejemplar, lo que vendría a ser la huella dactilar en el ser humano.

8:50- El primer león del día. Es un ejemplar joven que sigilosamente se acerca a un grupo de cebras, pero lo descubren rápido. El león, a diferencia otros felinos, basa su estrategia en el factor sorpresa. 



9:35- Seis jabalíes en la pradera. Los dos adultos avanzan arrodillados sobre sus patas delanteras para arrancar la hierba. Los más pequeños están más por el juego: corren, se persiguen, se rebuelcan.

9:55-Un guepardo estirado a la hierba. Levanta la cabeza cuando nos acercamos, está a sólo una treintena de metros. Nos observa por unos momentos y vuelve a yacer, parece repleto. El guepardo es el mamífero más rápido del planeta y, por nuestro gusto, también el más elegante de la sabana. Parece cansarse de nuestra presencia, se reincorpora y finalmente decide marchar a otro lugar para hacer tranquilamente la digestión.


10:35- Tres leonas yacen sobre un kopje. No pierden de vista el charco de agua que tienen unos metros más abajo. Esperan pacientemente, saben que en un momento u otro se acercará alguna víctima para ver. Esta será su oportunidad para hacer una caza fácil.


10:55- Tres avestruces picotegen el tierra. Por su pelaje marrón sabemos que en este caso son todas hembras. Comparten comida con una pareja de dic-dics. El pájaro más grande y uno de los antílopes más pequeños en una misma escena.


11:05- Una familia de impalas a la derecha, en una zona boscosa. La forman un único macho y su harén de una treintena de hembras. Dos jóvenes machos se acercan, pero enseguida el cabeza de familia los intimida y los echa de su territorio.

11:20- Un cocodrilo toma el sol sobre la roca de un riachuelo. Es un ejemplar joven, no llegará a los dos metros de largo y posiblemente no tenga más de un par de años. Encima suyo, en la rama de un árbol, una águila pescadora observa atentamente qué pasa. Continuamos río abajo hasta un pequeño estanque.

11:30- Más de cincuenta hipopótamos se remojan al agua, el sol empieza a calentar fuerte. A pesar de tener una apariencia inocente son uno de los animales más peligrosos, sobre todo cuando es fuera del agua. No lo parece, pero pueden llegar a correr hasta los 40 km/hora y abrir la boca con un ángulo de 90º.



12:05- Un águila saltimbanqui sobrevuela nuestras cabezas y un lagarto agama repone en una piedra al borde el camino. A pesar de ser pequeño, sus tonos azul y verdemvistosos hacen que destaque y se vea de una hora lejos.

12:10- Un zorro se mueve sigilosamente entre la hierba alta. Posiblemente busque alguna liebre para cazar. Unos metros más allá, un grupo de gacelas de Thomson se la miran pero no parecen preocuparse mucho, para ellas no significa ningún peligro.


12:25- Finalmente aparece el último gra felino que nos quedaba por ver: el leopardo. Lo vemos subir hasta arriba de todo de unas rocas, donde encuentra la sombra de un pequeño árbol. Es el único momento de todo el día en el que coincidimos con un montón de coches, llegamos a contar hasta doce que se han ido avisando por radio.


13:05- Una hiena para, nos mira, husmea el tierra y continúa su camino.

13:20- Nos reencontramos con la gran migración. Centenares de cebras atraviesan la llanura cabalgando sin prisa pero sin pausa, lo hacen en fila. Ni con los prismáticos conseguimos distinguir la cabeza y cola de la formación, la vista se pierde en el horizonte.

13:55- ¡El gran hallazgo del día! Una familia de nueve leones: dos machos, tres hembras y cuatro crías. Parece que quieren dormir y no se mueven demasiado. El león es un animal extremadamente territorial, únicamente los machos germanos nacidos de la misma camada pueden llegar a convivir juntos.


14:40- Hora de comer. Paramos en una zona habilitada donde podemos bajar del coche sin preocuparnos por ningún peligro. Nuestro cocinero, antes de salir nos ha dado una bolsa para cada uno: un muslo de pollo frito, un pequeño bocadillo vegetal, unas galletas, un plátano y un zumo multi fruta es el menú de hoy. Pequeños pájaros de varios colores están atentos para aprovechar las migas que van nos van cayendo. También una familia de mangostas ralladas nos observan desde un termitero.

15:15- Reemprendemos el safari, ahora por una zona con más árboles a pesar de que sin llegar a ser boscosa. Tan sólo salir unos beduinos cruzan por el camino ante nosotros.

15:25- Un chacal solitario corre con un ratón a la boca. Veintitrés gacelas de Grant y una de Thompson se lo quedan mirando.

15:40- Dos buitres observan desde su nido arriba de una acacia. Por los alrededores picoteann una decimoquinta gallinas de Guinea y vagabundea un elefante solitario. Cuando son grandes, los elefantes, acostumbran a ir solos.

15:55- Con los prismáticos observamos once topis con algunas crías. De cuerpo marrón y patas negras, estos son uno de los antílopes más grandes de África.

16:10- Por fin una manada de elefantes. En el Parque Nacional de Tarangire habíamos visto centenares pero hoy, a excepción del ejemplar solitario de la mañana, se nos habían resistido. Son un total de dieciséis, cuatro de los cuales son crías. A pesar de que ya no hace el calor de este mediodía, una elefanta se refresca echándose arena con la trompa por encima.

16:35- Dos jirafas se acercan al río a beber. Para llegar al agua tienen que abrirse de piernas y agacharse estirando completamente su cuello. Es una postura peligrosa para estos animales, la única en la que los grandes depredadores tienen opciones para cazar ejemplares adultos.

16:50- Un lagarto de unos setenta centímetros va bordeando el agua. Busca huevos de pájaro o cocodrilo, su dieta habitual.

16:55- Parece ser que la hora en la que empieza a bajar el solo es buena para saciar la sed. No muy lejos de las jirafas, la manada de elefantes que habíamos visto hace un rato se acerca también al río para beber.


17:25- Emprendemos el camino hacia el campamento resiguiendo el río. Por el camino vemos como un hipopótamo sale del agua. Estos sólo salen al tarde para comer, el resto del día están en el agua a remojo: su piel fina no resiste el sol fuerte. Abre su gran boca para intimidarnos y continúa su camino.

17:40- El Serengueti nos tenía reservada una sorpresa para el final de la jornada. Un león joven, de unos dos años, busca el resto de la manada. Se ha despistado y anda husmeando su rastro y rugiendo como llamándolos, un hecho poco común cuando es de día. Cruza el camino ante nuestro un par de veces y no parece que le molestemos, en ningún momento hace el gesto de ocultarse o huir. Lo acompañamos durante un buen trecho en su busca.

18:35- Llegamos al campamento. Ya casi no hay luz. Ha sido una jornada que hemos aprovechado de sol a sol. Cansada pero provechosa.


Cenamos temprano, antes de que se haga oscuro. En el silencio de la noche se escuchan los ruidos de los animales como si estuvieran bien cerca y las estrellas se ven mejor que nunca. Nuestra tienda de campaña se convierte en nuestra casa en la sabana africana. ¡En un día hemos visto más animales que en toda nuestra vida! El Serengueti nos ha cautivado tanto que ya estamos deseosos de levantarnos y subir al 4x4 para descubrir todavía más este gran rincón de África.


Información práctica:

Durante el safari nos hemos alojado en zonas de acampada de los parques, a excepción de Ngorongoro, donde nos permitimos el lujo de dormir en un lodge. Durante el safari contábamos con guía, conductor y cocinero, cosa que se agradece mucho cuando haces una ruta en 4x4.

Un safari siempre es un viaje caro, el elevado precio de las entradas a los parques es el principal culpable. Una forma de ahorrar costes es evitar intermediarios y contactar directamente con una empresa local. Los precios son habitualmente un "todo incluido": coche, gasolina, comida, entradas a los parques, conductor, cocinero y guía. 

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