lunes, 31 de octubre de 2016

Quebec, la ciudad más francesa de Canadá


En nuestro viaje por Canadá, donde nos establecimos en Montreal como base, una de las visitas top que no podía faltar era la ciudad de Quebec, la capital de la provincia canadiense del mismo nombre, reconocida como nación por la Cámara de los comunes del Canadá. Una de las razones que más nos atraía para visitarla era que la mayor parte de los quebequenses hablan francés, ya que Quebec es el único territorio de lengua francesa mayoritaria de Norteamérica (junto con el archipiélago francés de Saint-Pierre y Miquelon y algunos pocos lugares en América). ¡Otra razón para visitarla es que habíamos oído que allí se podían encontrar croissants de los buenos en las pastelerías! Según decían, la ciudad era muy parecida a cualquiera francesa...¿Sería verdad?


La ciudad de Quebec, con solo medio millón de habitantes, es una pequeña urbe ubicada a la orilla del gran río San Lorenzo que siempre ha hecho gala de ser el corazón del nacionalismo francocanadiense y el alma del Canadá francés. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la ONU en el 1985 y no nos extraña nada después de verla, ya que que el título es bien merecido.


Lo primero que nos impactó al llegar al centro histórico de Quebec fue ver todos los carteles e indicaciones en francés, la lengua oficial de la provincia. A simple vista se podía tratar perfectamente de una ciudad francesa europea (no hubiéramos notado ninguna diferencia con Francia). Hacía gracia encontrar una arquitectura típicamente francesa, las casas con sus tejados bajos y los balcons llenos de flores a rebosar. ¡Parecía que fuera primavera en pleno verano! Como si estuviéramos en la misma Francia, las calles estaban sumamente limpias, las fachadas de todo el casco antiguo estaban tan arregladas, pintadas y restauradas que por un momento nos invadió una sensación de irrealidad, como si se tratara de un decorado perfecto para que la visiten los turistas...


Sí, tenemos que decir que todo era tan tan bonito, que nos pareció demasiado perfecto, había demasiados turistas y demasiadas tiendas de souvenirs. Y es que en verano las calles principales de la ciudades están prácticamente ocupadas por los turistas. Cualquier restaurante, heladería, lugar de crepes, café, etc. de la zona se encontraba atestado. Y eso que los precios no eran precisamente baratos...Quizás lo que faltaba -según nuestra opinión- era ver el ambiente local, el día a día de los quebequenses. En el centro no lo encontramos.


Para poder sentarnos con tranquilidad buscamos un lugar algo más alejado, en uno de los muchos parques que se encuentran por la ciudad (como suele haber en todas las ciudades canadienses). Así fue como nos encontramos, por casualidad, con una especie de competición donde mayoritariamente jugaban hombres vestidos con falda escocesa que se dedicaban a lanzar una bola de un peso considerable (suponemos que de acero o hierro). Se trataba de ver quien la lanzaba más lejos o a más altura. No sabemos muy bien si aquello se trataba de una competición importante, pero lo que sí es cierto es que había mucho público mirando y que todo el mundo aplaudía con vehemencia cuando alguien lanzaba la bola más lejos que el otro. En todo caso, creemos que el juego en cuestión no debía de ser muy quebequés, debido a su indumentaria.


Como habíamos establecido nuestra base del viaje por Canadá en Montreal, decidimos dedicar un día para ver la ciudad de Quebec (hay tiempo de sobra para ver lo más imprescindible). Así que hemos hecho un listado de las visitas principales de la ciudad de Quebec en un día:

  • Las fortificaciones del s.XVIII: Los 5 km de murallas que hay en la ciudad de Quebec dejan ver la importancia militar y estratégica que tuvo. Hoy en día se pueden recorrer andando por arriba y disfrutar de sus inmejorables vistas. Ver algunas de las puertas de las antiguas fortificaciones que se encuentran restauradas es una buena manera de empezar la visita en el casco histórico. En la parte occidental se encuentran las puertas de Saint-Jean, Kent y Saint-Louis, y en la parte oriental la puerta de Prescott. Alguna parte de la muralla llega hasta los 9 metros de altura.


  • Hotel “Faimont le Chtâeau Frontenac”: es el edificio más emblemático de la capital de Quebec. Se construyó en el 1893 y tiene 618 habitaciones. Con sus tejados puntiagudos, muy de estilo francés, nos recordó a las estructuras de las torres de Carcassone del sur de Francia.


  • Basilique Notre-Dame-de Québec: ("Nuestra Señora del Quebec"), es la iglesia principal de Canadá y la sede de la archidiócesis católica de Quebec, la más antigua de Norteamérica de las colonias españolas en Florida y nuevo México. También es la iglesia parroquial de la parroquia más antigua de Norteamérica del norte de México.


  • Place Royale: una de las plazas más concurridas del centro de la ciudad, donde encontramos la Notre-Dame-des-Victoires, la iglesia de piedra más antigua de Norteamérica (1688). Muy cerca de la plaza se encuentra el gran "Fresque des Québécois" (fresco del Quebec) que repasa 400 años de historia de la ciudad.



  • Maison historique Chevalier: esta casa construida para un mercader del s.XVIII ahora es un museo donde se pueden ver muebles y plateria del Québec, además de una exposición de las familias adineradas del s.XVIII y XIX.


  • Holy Trinity Anglican Cathedral: es la sede de la Iglesia Anglicana en la Diócesis de Quebec. Fue la primera catedral anglicana construida fuera de las Islas Británicas. Este santuario británico fue erigido entre 1800 y 1804, en la Plaza de Armas, o más concretamente, en el lugar del antiguo monasterio recoletos que fue destruido por un incendio al 1796. Por lo tanto, en el 1804, la ciudad de Quebec fue la primera ciudad que tuvo dos catedrales: una católica y la otra anglicana.



Información útil para los viajeros:

Quebec está relativamente cerca de Montreal, así que es factible hacer una visita de un día y ver las cosas principales de la ciudad. Nosotros decidimos ir y volver el mismo día desde Montreal. Si hacéis lo mismo, recomendamos coger un bus bien temprano y para aprovechar bien el tiempo.

-¿Cómo llegar?
Para llegar a Quebec desde Montreal la opción más fácil y rápida es coger un autobús desde la estación central de autobuses. Duración: 3h 20’h por trayecto. Precio: $57,49 (39,35€) por trajecto. Nosotros reservamos los billetes con antelación con la compañía Orléans Express (es recomendable hacerlo si el desplazamiento es en fin de semana). Desde Montreal a Quebec también se puede llegar en tren o en coche.

-¿Cómo moverse por la ciudad?
La manera más fácil de moverse por el centro histórico de Quebec es a pie. Desde la estación de autobuses al centro sólo hay unos 15 minutos a pie y allí podemos hacer todas las visitas más imprescindibles. Si no se dispone de mucho tiempo para visitar la ciudad, también es muy útil coger un bus turístico (como el de la foto) para ver todo con mucha más rapidez que a pie, sobre todo si se quiere ver toda la muralla.


-Alojamiento:
Durante nuestro viaje por el Canadá quisimos establecer como base donde dormir la ciudad de Montreal y desde allí ir haciendo excursiones a diferentes ciudades cercanas. Por esta razón optamos por alojarnos en un hotel barato que tenía todas las comodidades (habitación triple con baño privado y desayuno incluído), cerca de la estación central de autobuses, un lugar muy bien comunicado.

*Para información más detallada sobre visitas y horarios, puedes consultar la web de Turismo de la ciudad de Quebec.

*Cambio de moneda en agosto de 2016: $1=0,68€ / 1€=1,45


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