domingo, 7 de abril de 2019

Ohrid, tantas iglesias como días tiene el año


Dicen que en Ohrid hay tantas iglesias como días tiene el año. No sabemos si esta afirmación es cierta o más bien forma parte de la leyenda, pero en Ohrid de iglesias hemos visto unas cuantas. Sin duda este lago y el pueblo que le da nombre son el principal atractivo de Macedonia del Norte: solo para llegar hasta aquí, ya vale la pena viajar a ese país.





Sveti Jovan, es la iglesia que más nos ha cautivado, se encuentra en un espectacular paraje en la ribera del lago. La catedral Sveta Sofija, la más grande, conserva frescos de la época bizantina. Sveti Climent y Pantelejmon, donde están los restos de un asentamiento del siglo V de los primeros cristianos y la tumba del inventor del cirílico, transpiran historia a través de cada una de sus piedras. Sveta Bogorodica Perivlepta y sus magníficas vistas sobre la ciudad ...







Ohrid es uno de los primeros lugares europeos ocupados por el hombre y desde entonces todas las grandes civilizaciones han ido pasando por la región: griegos, romanos, bizantinos, búlgaros, serbios y otomanos han estado en la ciudad dejando su huella. Durante la antigüedad, la gran ciudad Lychnidos, emergió, con su teatro antiguo y su acrópolis. Después de las invasiones eslavas del comienzo de la Edad Media, la ciudad se convirtió en el siglo IX un gran centro religioso y cultural. San Clemente de Ohrid fundó entonces su monasterio y creó el alfabeto cirílico. Samuel de Bulgaria fundó la capital de su Imperio un siglo más tarde, construyendo una imponente fortaleza que aún hoy conserva sus murallas. Posteriormente llegaron también los otomanos que dejaron las tradicionales casas que llenan con encanto el casco antiguo.





Siguiendo la orilla del lago y a tan solo 30 km de la ciudad, encontramos también uno de los monasterios ortodoxos más venerados del país. Es Sveti Naum, que mantiene el nombre del santo que lo fundó en la edad media. Dentro se encuentran los restos del santo y algunas de las pinturas religiosas mejor conservadas del país. Pero lo mejor de todo es su enclave: junto al lago y con las montañas de fondo, gran parte del año nevadas.






El lago y la ciudad de Ohrid han sabido mantener la esencia de cada una de las culturas que ha ido pasando, forjando un enclave que hoy es Patrimonio de la Humanidad y que permite al visitante adentrarse en unos parajes que tienen un magnetismo especial.



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