Las pequeñas cosas que consiguen sorprendernos son las que logran un rincón privilegiado en nuestros recuerdos. Palma de Mallorca es una de estas ciudades que vayas cuantas veces sea, siempre tendrá un nuevo rincón con encanto o una leyenda por descubrir que sorprenderá al viajero. Hacía 8 años de la última vez que habíamos pisado Palma y ya de vuelta nos preguntamos cómo hemos podido dejar pasar tanto tiempo para volver.
Vista de la Seu (la catedral) y del puerto de Palma |
Palma de Mallorca, destino para los 365 días del año
Hay destinos que injustamente se asocian a un determinado tipo de turismo o bien a una época concreta del año. Los tópicos son malos consejeros y quienes creen que Mallorca es sol y playa se equivocan y se pierden parte importante de su encanto. Evidentemente las playas y las calas son uno de los grandes valores de la isla, pero también lo son los monasterios y ermitas que van salpicando su interior, la majestuosa sierra de Tramuntana y los paisajes rurales que la rodean, las cuevas y las inimaginables figuras que se forman en sus entrañas y... por supuesto, Palma.
Si hiciésemos una lista de las características deseables de una ciudad, Palma de Mallorca las tendría casi todas. El mar, un casco antiguo con historia, una arquitectura notable, una gastronomía de calidad, mercados y restaurantes con solera, una oferta cultural envidiable y un carácter cosmopolita a medio camino entre la tradición y la modernidad. El equilibrio perfecto.
Para una escapada de un fin de semana largo o bien como punto base para descubrir la isla, Palma es la ciudad ideal. Posiblemente es un destino que en verano luce más, pero que el resto del año tiene la ventaja de poderse descubrir de forma más auténtica. Si este "descubrir" se hace además de la mano de unos anfitriones de lujo, en buena compañía y coincidiendo con las Fiestas de San Sebastián, la escapada adquiere ya el calificativo de experiencia para recordar. Y justamente es eso lo que hemos tenido la fortuna de vivir estos días.
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: la Seu (catedral) (2), Palacio de la Almudaina, calle del casco antiguo,
Can Casasayas, capilla de San Elmo, Fundación Pilar y Joan Miró (2) y el puerto.
San Sebastián: Fuego, fiesta y tradición
La devoción de los palmesanos por San Sebastián data de muchos años atrás. Ya en el siglo XVII, agradecidos por haberlos protegido de la peste, lo proclamaron patrón de la ciudad. En su honor, desde más recientemente y cada mes de enero, se celebran las fiestas patronales de Palma. El fuego es el elemento central como si de una verbena de San Juan de invierno se tratara, pero, a diferencia de esta última, el programa de actividades de San Sebastián se alarga durante dos fines de semana intensos. Conciertos, cultura, deporte, gastronomía y ocio se suceden en actividades para todos los gustos y todos los públicos. Para nosotros San Sebastián ha significado la oportunidad única de vivir Palma como si fuéramos unos ciudadanos más.
El viernes por la noche disfrutamos de la mejor cocina de autor con la Peccata Minuta en el emblemático Mercado del Olivar, donde 13 chefs de prestigio de la isla ofrecían tapas gourmet a precios populares en una iniciativa de Chefs (in). Un encuentro que murió de éxito considerando la gran afluencia de público que casi no permitía avanzar por los pasillos del mercado. Después vino el "correfoc" (correfuegos en español), el acto principal de la noche. Cinco pandillas de diablos y dos bestias de fuego recorrieron las principales calles de la ciudad, los tambores y la pólvora llenaban el ambiente de fiesta y algarabía. ¡Adrenalina pura!
Las chispas encienden en el cielo de Palma |
"¡Foc, foc, foc, correfoc!" |
El domingo por la mañana y día de la verbena de San Sebastián tuvimos el honor de saludar en persona y conocer la historia del Drac (dragón) de na Coca, elemento del bestiario mallorquín y protagonista tanto del correfoc como de la noche de verbena -la tradición dice que el dragón existió de verdad, aunque en realidad se trataba de un cocodrilo que a dia de hoy se puede visitar en el Museo Diocesano de Palma-. Ya por la noche presenciamos cómo acompañado de gigantes, cabezudos y xeremiers (música tradicional) marchaba en comitiva desde la Plaza de Cort (Ajuntamiento) hasta la Plaza Mayor donde, con su fuego encendió la hoguera y dio el disparo de inicio a la fiesta.
El Drac de na Coca, bestia de fuego de Palma. El de verdad está en el Museo Diocesano. |
El "Drac de na Coca" encendiendo la hoguera. Foto cedida por Cati Cladera |
Es entonces cuando el fuego se extiende por las plazas de Palma. Bidones partidos por la mitad se convierten en barbacoas móviles que llenan la ciudad de brasas para hacer la torrada (carne a la brasa). Butifarras, chorizos, lomo y panceta se van cocinando en la brasa y son la excusa para reencontrar amigos y hacer otros nuevos. Cada uno trae alguna cosa y todo el mundo participa a la hora de preparar esta cena, donde compartir es la filosofía. Un auténtico evento social en el que tuvimos el placer de coincidir con otros bloggers de Mallorca. Ni la lluvia -que justamente hizo acto de presencia en el peor momento- nos echó atrás.
Haciendo fuego para la barbacoa. |
Ni la lluvia puede parar los buenos momentos entre amigos. |
La noche es larga y ni mucho menos se acaba con la barbacoa. Poco a poco la música va sustituyendo las brasas y grupos y cantantes pasan a ser los protagonistas de la fiesta. Los conciertos se suceden por los diferentes rincones de la ciudad; es difícil escoger entre tanta variedad, pero nosotros finalmente nos decidimos por Raimundo Amador.
¡Noche mágica, noche para recordar!
Raimundo Amador en el concierto de las fiestas de San Sebastián, en Palma |
Información práctica
En la próxima entrada os explicaremos los principales atractivos que Palma ofrece al visitante. Hoy, para abrir boca, te avanzamos información de utilidad para preparar la visita a la ciudad.
En la web de la Fundación Turismo Palma de Mallorca 365 encontrarás la información de interés. Especialmente útil es su apartado de descarga de documentos con planos de la ciudad y una mini guía turística gratuíta. Una vez allí, hay oficinas de información turística en el Casal Solleric (Paseo del Born), en el Parque del Mar, el Parque de las Estaciones (Pl. Espanya), en la Plaza de la Reina, en Playa de Palma y en el mismo aeropuerto.
Cómo llegar:
Palma está conectada vía aerea con diferentes aeropuertos de la península. Diversas compañías realizan el trayecto dependiendo del aeropuerto de salida. Nosotros volamos con Air Europa desde Barcelona. El aeropuerto Son Sant Joan está a 10 km del centro de Palma, se puede llegar con la línea 1 del autobús urbano (3€, pasa cada 15 min.) o bien con taxi (mínimo 12€).
Balearia y Transmediterrania son las compañías que conectan Barcelona y Valencia (Denia) con Palma vía marítima. En total son dos barcos diarios en cada sentido que tardan 8 horas en realizar el trayecto.
Si piensas combinar la ciudad de Palma de Mallorca con otras visitas por la isla, lo ideal es alquilar coche en Mallorca, así podrás descubrir todos los rincones a tu aire e ir a aquellos lugares que te apetezca sin depender del transporte público. ¡Muy recomendable!
Dónde dormir:
Nosotros nos alojamos en el Hotel Costa Azul. Hotel bien situado a primera línea del Paseo Marítimo de Palma y con unas vistas espectaculares en el puerto y la catedral. Recientemente reformado, sigue una linea de decoración basada en la poesía de temática marinera (cada habitación tiene un poema diferente). Buen gusto y un trato exquisito. Buena conexión wi-fi y uno de los colchones más cómodos donde hemos dormido jamás. Precio de la habitación: a partir de 72€.
Dónde comer:
La oferta gastronómica de Palma es amplia y variada. Los restaurantes donde comimos y que podemos recomendar son:
Patrón Lunares: Restaurante familiar situado en el barrio de Santa Catalina (el antiguo barrio de pescadores) y muy cerca del Mercado de Santa Catalina. El nombre proviene del antiguo propietario, que fue un patrón muy joven de la embarcación "Lunares". Cocina de fusión creativa, como su ensaimada de foie o el revuelto de calamares con pimientos y huevos fritos. Ambiente agradable y música en directo. Precio medio, entre 25 y 30 €.
Patrón Lunares Tast Club
Tast Club: Local que nació con la intención de ser un club privado de fumadores y que hoy es, por la falta de licencia, un restaurante exclusivo de ambiente tranquilo donde se pueden degustar tapas y pinchos creativos, comer el plato estrella (buey a la piedra) o tomar uno de los gin tónics más originales de su carta. Hay dos restaurantes del Tast, pero el más recomendable es el Tast Club (o Club del Fumador). Iluminación y música relajada. Un lugar elegante y con clase. Precio medio: 30 €.
Es Rebost: Restaurante de comida autóctona mallorquina, donde se pueden degustar unas coques (tostadas) caseras de escalivada, sobrasada, queso local, hamburguesa con sobrasada, ensaimadas, etc. regado con un vino de la tierra. Fotografías de campos de las tierras de Mallorca y un ambiente desenfadado. Slow fast food por un precio medio entre 8 y 12 €.
Es Rebost Hotel Cort
Restaurante del Hotel Cort: Situado delante de Cort (el Ajuntamiento), decorado con gusto e iluminación perfecta para una velada romántica. Sirve aperitivos como ostras, ceviche, boquerones, etc. Vino y cócteles. El hotel consta de 14 suites y dos habitaciones dobles selectas.
Ensaimadas y sobrasada:
Dicen que quien no vuelve con una sobrasada o una ensaimada, no ha estado en Mallorca. Son muchos los lugares donde se pueden comprar pero no en todos son igual de buenas.
Para la sobrasada os recomendamos ir directamente a uno de los mercados de Palma, el del Olivar y el de Santa Catalina son los que quedan más cerca del centro histórico. Para las ensaimadas os podemos recomendar las de Can Joan de S'Aigo (Can Sanç, 10), un acogedor horno-cafetería fundado en 1700, donde -según dicen- hay las mejores ensaimadas y el mejor chocolate de Palma.
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Foto de familia del #Palmatrip |
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