martes, 20 de diciembre de 2016

Últimos días de descanso en Tailandia


Los últimos días del viaje los queríamos pasar en la playa, por eso de que parece que en Tailandia sea el paraíso y pensando también en los niños. Tailandia tiene básicamente dos zonas de playa diferenciadas: la zona del Mar de Andaman, donde está Phuket, Phi Phi y Krabi y la zona del Golfo de Siam con las islas de Koh Samui, Koh Phangan y Ko Tao. Nosotros decidimos ir a las islas del Golfo de Siam, pues teóricamente en verano hay mucho menos riesgo de lluvias, pero al final no deja de ser una cuestión de suerte el tiempo que te encuentras.

Para hacer el desplazamiento desde Chiang Mai habíamos comprado con antelación unos vuelos muy económicos (49 euros) con la compañía AirAsia, que en menos de 2 horas nos llevó a la otra punta del país. Hay que decir que el vuelo no era directo a la isla de Koh Samui, la única isla que tiene aeropuerto, y a la que nos dirigíamos inicialmente. En el aeropuerto de Koh Samui no vuelan todas las compañías y los precios son mucho más elevados, así que la alternativa económica es volar al aeropuerto de Surat Thani, donde puedes coger un autocar y después un ferry que te deja en la isla de Koh Samui. En el mismo aeropuerto de Surat Thani hay varias compañías que te gestionan el enlace a cualquiera de las islas que vayas. Nosotros lo hicimos con la compañía Lomprayah, que es la que tiene los catamaranes más rápidos. Un día de viaje largo y cansado, pero que los niños soportaron perfectamente sobre todo con el aliciente de viajar en barco.

Como básicamente veníamos a las islas a pasar unos días de paz y tranquilidad, reservamos tres noches en un pequeño resort familiar de Koh Samui con piscina y a 10 minutos andando de la playa, el Baan Sawan Samui Resort. Fue un pequeño lujo merecido, pero a un precio más que razonable para ser cinco personas, 125€ la noche.


Desde el hotel pudimos visitar un par de pueblos de la isla, Chaweng y Fisherman's Village y estuvimos en dos playas de estas que llaman paradisíacas: Chaweng Noi i Thongtakian Beach.



No sabríamos decir mucho más de la isla, solo que parecía bastante turística y que casualmente, una noche que estábamos paseando por Fisherman’s Village y se puso a diluviar acabamos entrando en un local que se llamaba Tapas Barcelona y que llevaba un chico catalán.

Como ya nos temíamos que Koh Samui estaría un poco masificado de turismo y queríamos ver cosas diferentes, habíamos decidido pasar dos noches en la isla de Koh Phangan, famosa por la Full Moon Party, pero muy tranquila y familiar cuando no coincides con estas fechas. La isla es mucho más pequeña y con un ambiente mucho más rural, pero con dos días que estuvimos tampoco la exploramos a fondo. De hecho, hicimos una vida muy sedentaria, de la habitación al restaurante y del restaurante a la playa o piscina. Habíamos reservado un bungalow a pie de playa en una zona muy tranquila y bonita de la isla en el hotel Salad Hut Bungalows que nos costaba 90€ la noche. El restaurante, además, era especialmente bueno y a la caseta del lado había un lugar de masajes tailandeses al cual nos abonamos no sólo los padres sino también los 3 niños.



Después de 5 días de descanso en las playas de Tailandia nos tocó volver a hacer todo el trayecto hasta el aeropuerto de Surat Thani donde un avión de AirAsia nos llevó a Bangkok en 1 hora. Habíamos decidido estar un último día en Bangkok para hacer algunas compras y visitas.

En esta ocasión vam dormimos en el The Yard Hostel, un tipo de albergue que habíamos encontrado muy muy valorado en el Tripadvisor y que nos dejaban una habitación para los 5 con baño privado y desayuno incluido por 70€ la noche. Estaba muy bien comunicado en metro con el centro de la ciudad, así que pudimos aprovechar hasta el último momento del último día para visitar la ciudad e ir de compras.

En resumen, el viaje en Tailandia en familia ha sido toda una experiencia para los niños. Una aventura fácil de hacer con niños pequeños y un gran aprendizaje para nuestros hijos.


Joël también ha escrito:

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Joël y Maria son unos apasionados de los viajes. Ya hace muchos años que viajan, antes de ser padres recorrieron buena parte del mundo con su mochila con poco más que los billetes de avión de ida y vuelta. Con tres niños pequeños, no han querido dejar de viajar para continuar disfrutando otras culturas, de paisajes de sueño y para transmitir a sus hijos su pasión. Viajar es una de las mejores maneras de contribuir a la educación de los niños. Nos explican su viaje con tres niños pequeños en Tailandia. Joël y Maria son nuestros invitados y temporalmente les hemos cedido el blog para que nos expliquen su viaje. - Enric y Celia


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