sábado, 6 de julio de 2013

Autor invitado del mes de julio: Òscar, ¡viajero anywhere!

Campamentos de refugiados del Sáhara

He celebrado entre amigos la última noche de los últimos años en diferentes ciudades: Viena, Berlín, Alguer y Nueva York, entre otros. Este año ha sido diferente, hemos recibido el 2013 a uno de los cinco campos de refugiados saharauis de Tindouf en tierras argelinas, conviviendo una semana con la familia saharaui de Amma en el barrio 4 de la daira (municipio) de Bir Ganduz de la wilaya (provincia) de Auserd.

Hemos sido alejados completamente del mundo competitivo e hiperaccelerat en el que vivimos, del consumismo que marca nuestro día a día, de la angustia y del estrés.

Ha sido una experiencia muy positiva y dura a la vez compartiendo segundo a segundo el sentimiento de añoranza de un pueblo que hace casi cuarenta años que vive olvidado en medio de la nada, atrapado en la aridez física y conceptual de uno de los desiertos más estériles y pobres del planeta; sufriendo la escasez de recursos básicos y sobreviviendo gracias a la ayuda humanitaria internacional; contemplando con estoicismo, sin perder la esperanza y la dignidad, como el mundo ignora su derecho legítimo a una vida próspera en su tierra, junto al mar.

Esta es la realidad de los saharauis, un pueblo al exilio que año tras año espera desmontar definitivamente las haimas del desierto argelino y volver a su país, a su verdadero hogar.

Yasmina, Azucena, Aina y Òscar en ruta, camíno  a los campos de refugiados

Este pequeño fragmento del libro “Espejos: Una historia casi universal” del poeta uruguayo Eduardo Galeano resume muy bien la situación de este pueblo de ojos brillantes:

"El año 1975, el rey del Marruecos invadió la patria saharaui y expulsó a la mayoría de la población. El Sáhara Occidental es, ahora, la última colonia de África. Marruecos le niega el derecho de elegir su destino, y así confiesa que ha robado un país y que no tiene la menor intención de volverlo.
Los saharauis, los hijos de las nubes, los perseguidores de la lluvia, están condenados a pena de angustia perpetua y de perpetua nostalgia. Las Naciones Unidas les han dado la razón, mil y una veces, pero la independencia es más esquiva que el agua en el desierto ".


Yo, me, myself anywhere

Soy zurdo. 42 de pie. 180 centímetros de altura. Más de 70 kilos. Más de 35 años. Menos de 40 años. 5 dedos en cada mano. 5 dedos en cada pie. 1,75 dioptrías en cada ojo. Puntual. Perfeccionista. Impulsivo. Hice COU. 5 años en la UB repartidos en 2 carreras. 15 años trabajando en la misma empresa. Me gusta cocinar. Me gusta el té. He paseado solo. He llorado solo. He reído solo. He ido al cine solo. He ido al teatro solo. He ido a un concierto solo. He hecho más de 25 millones de pasos desde mi nacimiento. He pronunciado más de 40 millones de palabras en muchos idiomas. He dormido más de 100.000 horas. He tenido más de 30.000 sueños. He viajado solo. He viajado en grupo. Quiero viajar más. Mi mochila oscila entre 12 y 17 kilos. He subido casi a 300 aviones. He recorrido muchos kilómetros. Más de 15.000 fotografías hechas. Tengo una cámara Ricoh. Tengo dos cámaras Olympus Pen, una de carrete y la otra digital. Tengo un ordenador de sobremesa, un portátil, una tablet y un smartphone. He enviado más de 100.000 correos electrónicos. Tengo un blog. Tengo facebook. Tengo una cuenta de Hotmail. Tengo una cuenta de Gmail. He viajado a 4 continentes. El continente que más me gusta es Asia. África negra es la gran desconocida. América Latina es monótona. El islam me llama. Y love New York. Creo que en otra vida he vivido en un país budista. He viajado cuatro veces a Marruecos. Dos veces a Turquía. Dos veces a la India. Viajando soy comprador compulsivo de especias. He comido en Praga por menos de 1 euro. He dormido en India por 2 euros. Una sonrisa no cuesta nada y da mucho. Para mí 1 + 1 nunca son dos. No tengo tiempo que perder. Tengo ganas de tener más ganas de leer. No he escrito todavía el libro que quiera publicar. No he publicado todavía el libro que quiera leer. La vida sin música no tiene sentido, la música sin vida tampoco. Quiero escribir más y mejor de lo que escribo. Quiero dibujar más y mejor de lo que dibujo. He dado más de 1 millón de gracias en muchos idiomas (la mayoría dadas en persona y de todo corazón). Me gusta vivir a mi manera. Me gusta viajar a mi manera. Soy viajero anywhere.

Yo, me, myself anywhere

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Viajar no es sólo ver iconos y monumentos, muchas veces la situación de la gente local es una buena razón para decidir visitar un lugar y tener una experiencia de la cual no volvemos indiferentes. Este es el caso del viaje que decidió hacer Óscar: visitar durante una semana un campo de refugiados en el Sáhara. Óscar es nuestro invitado del mes de julio y temporalmente le hemos cedido el blog para que nos explique su viaje. -- Enric y Celia


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