lunes, 10 de marzo de 2014

Bam y Rayen, un viaje a la antigua Ruta de la Seda


El azul, el negro y el marrón son los tres colores que nos vienen a la cabeza cuando, ya desde Barcelona, pensamos en Irán. La gama cromática es más diversa y los matices que se pueden llegar a encontrar son infinitos, pero son estas tres tonalidades son las que mejor definen y describen el país. El azul de los mosaicos de las cúpulas de las mezquitas que salpican ciudades y pueblos; el negro del chador que cubre de arriba abajo a gran parte de las mujeres del país, y el marrón de la arena del desierto y del polvo que invade el paisaje iraní. También este último es el color del barro y de la paja que forman el adobe con el que se levantaron las grandes ciudades de la antigua Ruta de la Seda y que se mimetizaban con su entorno.

Hoy te hablaremos de este marrón que tiñe las ciudadelas de Bam y Rayen. Un viaje a la historia, a una época de unos aventureros que atravesaban miles de kilómetros desde Asia en Europa para vender sus mercancías. ¿Quién no ha soñado nunca al reseguir los pasos de Alejandro el Grande o Marco Polo, descubrir tierras desconocidas y atravesar de punta a punta el continente asiático? Si en estos momentos estás leyendo estas palabras, suponemos que no somos los únicos... La Ruta de la Seda es un trayecto mítico para cualquier viajero e Irán es posiblemente el mejor lugar para captar su esencia.


Bam, ciudadela de Bam, Iran


Bam, el renacer desde las cenizas

Al sur de la ciudad de Kerman, la puerta de entrada al desierto de Lut, y a no muchos kilómetros de la frontera con Afganistán y Pakistán, existe una ciudad hecha de barro, un espejismo en medio del áspero paisaje de Irán. Es la ciudadela de Bam o Arg-e Bam, la que fue en tiempos pasados una de las ciudades más importantes y parada ineludible de la mítica Ruta de la Seda a su paso por Irán, lástima que hoy en día se pueda ver una mínima parte de lo que llegó a ser, debido a un terremoto en el año 2003. Bam era la construcción de adobe más grande que nunca ha existido en el mundo.


Arg-e Bam, Iran


Con unos 2000 años de antigüedad, es sabido que desde allí los sasanidas controlaban una ruta caravanera hacia Oriente. En tiempos inmemoriales los comerciantes llegaban en caravanas de camellos desde lugares remotos; la ciudad fortificada les servía como lugar de reposo y para poder hacer sus intercambios de productos. Imaginamos que los 6 km2 que ocupaba Bam y las 28 torres de defensa que la rodeaban eran como una visión para los viajeros de la época, al igual que lo es para los que todavía hoy llegan por primera vez y ven lo que queda. Como hemos dicho antes, en el 2003 hubo un hecho que significó un antes y un después en esta ciudad: un terremoto de 6,3 de la escala de Richter acabó con ella casi completamente. Hubieron unas 30.000 muertes en la ciudad moderna adyacente -el 60% de la población-, se destruyeron los canales de riego -tan importantes para esta tierra- y casi desapareció la antigua Bam, el punto turístico más importante para la economía de la zona. Desde entonces, el gobierno prometió que se reconstruiría con el apoyo de la Unesco y poco a poco se está haciendo. Hoy en día se está llevando a cabo a ritmo lento, manualmente, con paredes de barro y paja como se hacía hace centenares de años.


Arg-e Bam, ciudadela de Bam, Iran


Encoge el corazón hablar con la gente del lugar. Conocemos unas mujeres nacidas allá mismo pero que con la Revolución emigraron al Canadá y esta es la primera vez que vuelven al lugar en mucho tiempo. Paseamos con ellas por calles donde las nuevas paredes de adobe todavía no han sustituido los escombros de las antiguas. Nos explican, entre tristeza y melancolía, que cuando eran pequeñas iban a jugar allí y cómo era todo aquello hace sólo unos pocos años trás. Respeto al terremoto, la gente prefiere no hablar, quiere mirar hacia adelante; para ellos es de gran interés que la antigua Bam vuelva a ser la de antes y poder volver a acoger viajeros de todo el mundo, al fin y al cabo es lo que han hecho siempre desde hace muchas generaciones.


Bam, ciudadela de Bam, Iran

Bam, ciudadela de Bam, Iran


Todavía queda mucho para hacer. No sabemos si Bam volverá a ser la misma que antes una ves completamente reconstruida, probablemente no... Pero aún así, llegar hasta aquí ha valido mucho la pena, es en lugares como estos donde se puede captar la esencia y la importancia que llegó a tener la Ruta de la Seda. Los restos de sus edificios y las reconstrucciones hechas te permiten hacerte una idea de cómo debía ser el día a día en esta gran ciudad: la fortificación, las madrasas, los patios señoriales, las casas de los comerciantes que hicieron fortuna y la de los que apenas empezaban... Ante esta maravilla no nos cuesta imaginar caravanas de camellos llegando de muy lejos con productos que nunca se habían visto por estas tierras. Si de repente hubieran aparecido tres camellos con tres magos y nos hubieran dicho que vienen de Oriente buscando a un niño que es un mesías nos lo creeríamos!


Bam, Iran, muralla Bam


Rayen, una ciudad de adobe para nosotros solos

A medio camino entre Kerman y Bam encontramos Rayen, otra de las ciudadelas de la mítica Ruta de la Seda. Construida también de adobe y muy bien conservada, presenta una estructura similar a la de Bam pero en un tamaño muy menor. Es ideal para acabar de imaginar la magnitud que llegó a tener la primera.


ciudad adobe, Iran

ciudad adobe, Iran


El pueblecito donde se encuentra Rayen es muy tranquilo y hay tan pocos turistas que la visitan que cuando llegamos nos encontramos con la ciudadela cerrada. Tuvimos que llamar a la oficina que hay enfrente de la entrada, donde salió un chico con unas llaves enormes para abrirnos la gran puerta de la muralla. ¡Tuvimos el recinto para nosotros solos, todo un privilegio!

Antes de entrar, las torres y la fachada ya nos hacían intuir su monumentalidad, ¡pero una vez dentro de las murallas aquello ya nos pareció impresionante! Teníamos ante nosotros un laberinto de calles en su mayoría en perfecto estado, salas, cocinas…todo erigido solo con barro y paja. Una arquitectura que nos recuerda vagamente a los ksars bereberes del Atlas, aunque tiene un estilo propi muy marcado.


ciudad adobe, Iran

ciudad adobe, Iran, adobe


Nos perdimos y reencontramos resiguiendo cada uno de sus rincones, pero lo mejor de todo fue subir por unas escaleras estrechas que nos llevaron a una de las azoteas más altas de la ciudad. Desde allí se divisava la magnitud de la ciudad, podemos ver como una parte está hundida, a pesar de que está mucho mejor conservada que Bam. La visión de las murallas del palacio con las montañas medio nevadas de fondo es imponente. Tenemos la sensación de estar en un decorado de película, pero resulta que no; ¡en el mundo existen lugares muy auténticos como este!


panoramica Rayen, ciudad adobe, Iran

ciudad adobe, Iran, adobe


Irán y sus 999 caravanserais

La esencia de la antigua Ruta de la Seda no únicamente se puede percibir en las grandes ciudades de adobe; si nos paramos a pensar, mucho de los bazares que visitamos a lo largo de nuestro viaje son de aquella época y han sabido mantener su esencia apesar del paso del siglos. A diferencia de Bam y Rayen, que fueron abandonados y son testigos mudos de una época ya pasada, los bazares han evolucionado y han mantenido la actividad ininterrumpidamente. Gente, colores y olores se mezclan en infinidad de puestos que los composen.

También en los largos trayectos, de vez en cuando, se pueden encontrar restos de lo que era parada y fonda para los camelleros; son los llamados caravanserais, lo que hoy equivaldría a un motel u hostal de carretera. Según dicen, en Irán llegaron a haber un total de 999 caravanserais ordenados construir todos ellos por el sha Abbas I, en el siglo XVI. Se establecían estratégicamente en una distancia de entre 20 y 30 millas o, lo que es lo mismo, una jornada en camello. Eran también lugares de intercambio y comercio a la vegada que proporcionavan seguridad a la mercancía y comerciantes. No son pocos los pueblos y ciudades que poco a poco fueron creándose alrededor de estas construcciones.


caravanserais, caravanserai Iran, Iran

caravanserais, caravanserai Iran, Iran


Durante nuestro viaje no podemos dejar de sorprendernos cada vez que vemos un caravanserai, unas construcciones usuales para la gente de aquí, pero muy singulares para nosotros; en cuanto tenemos la oportunidad, siempre paramos a visitarlo. La mayoría están cnvertidos en escombros pero también hay unos cuántos que han sido reconstruidos y reconvertidos en hoteles de lujo. A las cercanías de Yazd hay unos cuántos de estos, el más conocido de todos sea posiblemente lo

Durant el nostre viatge no podem deixar de sorprendren's cada cop que veiem un caravanserai, unes construccions usuals per a la gent d'aquí, però molt singulars per a nosaltres. Quan en tenim l'oportunitat, sempre parem a visitar-lo. La majoria estan en runes però també n'hi ha uns quants que han estat reconstruïts i reconvertits en hotels de luxe. A les rodalies de Yazd n'hi ha uns quants d'aquests, el més conegut de tots sigui possiblement el Zein-o-din -en medio de la nada- o bien el Shah Abbasi -en la ciudad de Meybod-. Pero Yazd y sus encantos ya son motivo de la próxima entrada... ;)




Información útil

Cómo llegar:

Bam está a unos 200 km de Kermán. Rayen queda de camino, en un desvío de 25 km de la carretera principal -a unos 100 km de Kermán-. La ruta completa Kermán-Rayen-Bam-Kermán suponen unos 450 km. Es un trayecto que se puede hacer en autobús, pero su frecuencia limitada hace que sólo sea el medio aconsejable si queremos visitar unicamente una de las dos ciudadelas. Nuestro consejo es contratar un taxi desde Kermán durante un día entero. Un taxi para visitar Bam y Rayen en una excursión que ha durado unas 10 horas nos ha costado 1.000.000 Reales (25 €), todo un chollo. Lo hemos hecho con uno de los taxistas que trabajan para el hotel Akhavan de Kerman, donde nos alojábamos. Durante el trayecto nos encontramos con dos controles de polícia -la carretera de Bam es la misma que trae a la frontera con Pakistán y Afganistán- que se centraban al parar camiones y autobuses, ir con taxi nos facilitó también pasarlos de largo.

Alojamiento: 

Akhavan Hotel, en Kermán. Hotel de 3 estrellas gestionado por dos hermanos de lo más amables. Nos han ayudado a conseguir transporte y visitas, consiguiéndonos precios inmejorables. La habitación doble con baño, Wi-fi y media pensión sale por 35€/noche. El transfer desde el aeropuerto es gratuito. Hay alojamiento más barato (de hecho este es el precio más caro que hemos pagado en todo Irán) pero por el valor añadido que supone la ayuda del personal, vale la pena pagarlo. Los datos de contacto son: akhavanhotel@yahoo.com y +98-341-2441411.

De viajero a viajero:

Lo ideal es visitar primero Rayen (a medio camino entre Kerman y Bam) y después Bam. Hacerlo en este orden es mejor porque Rayen es una ciudadela mucho más pequeña y así dejamos el factor sorpresa que tiene ver al final la grandiosidad de la ciudadela de Bam. Rayen está mucho más conservado y verlo primero ayuda también a hacerse una idea más aproximada sobre cómo debia ser Bam en su época de máximo esplendor. Calcula un mínimo de 1:30 h de visita a Rayen y 2:30 h para Bam. Los precios de las entradas son 100.000 R (2,5 €) para la primera y 150.000 R (4 €) para la segunda.

En la ciudad nueva de Bam todavía se ven los efectos del terremoto del 2003 con algunas edificaciones caídas y otros a medio reconstruir. A día de hoy todavía no llega mucho el turismo y si vas en temporada baja no se encuentra mucha oferta de lugares donde comer, más bien nada. Es mejor llevar algo para tomar un bocado y bebida y no perder tiempo buscando un restaurante.

Es perfectamente factible visitar Rayen y Bam en una sola jornada -siempre que se haga en taxi- y, si se alarga, se puede llegar a incorporar también a la ruta la visita de Mahan -queda en la misma dirección-, donde encontramos el mausoleo del poeta sufí Aramgah-e Shah Ne'matollah Vali -del que destacamos su preciosa cúpula- y los jardines de Bagh-e Shahzde. En nuestra opinión, por mucho que lo diga la Lonely Planet, no es factible visitar en un mismo día Rayen, Mahan y el desierto de Lut, a menos que te conformes con ver el desierto desde la carretera (cosa que no vale la pena).


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