En extremo occidental del desierto, en la zona donde se juntan las tierras de Dasht-e Kavir y de Dasht-e Lut surge una ciudad oasis única. Ninguna otra población de Irán tiene esta misma fisonomía. Multitud de cúpulas redondeadas de ladrillo combinan con los badgir (las torres del viento), que se levantan imponentes por encima de los tejados. Es la ciudad de Yazd, una visión extraída del cuento de las mil y una noches. Detrás de las puertas de sus calles de blanda se esconden grandes casas señoriales con fuentes y patios, como si de pequeños oasis se trataran. "Yazd", un nombre extraño en un primer instante para nuestros oídos, que nos quedará grabado y que a partir de ahora pronunciamos como si siempre lo hubiéramos conocido...
La parte antigua de la ciudad es una delicia para la vista. Yazd ha sido construida según las necesidades del clima, aprovechando el material de la propia tierra; el barro y la paja de las casas dan calor en invierno y son más frescas en verano en un lugar donde las temperaturas son extremas. El agua se hace llegar des hace siglos desde las montañas lejanas mediante canales subterráneos, y las torres del viento -ingeniosas construcciones que se levantan sobre las azoteas por centenares- conservan este agua además de refrescar también los aposentos nobles de las casas. El horizonte lleno de cúpulas y de torres del viento que se divisa desde las azoteas, es una imagen única.
Calle típica de la ciudad antigua |
Vistas de la ciudad desde una terraza. |
Yazd fue durante muchos siglos la última parada de las caravanas que hacían la ruta de la seda. Marco Polo fue uno de los personajes célebres que pasaron por aquí el año 1272, donde dejó por escrito la importancia que tenía Yadz en la ruta comercial. Concretamente hace mención de una tela que llegó a ser muy famosa y que provenía de aquí, su nombre era Yazdi, estaba hecha de seda y oro y se exportaba en todo el mundo.
Otro viajero insigne, Alejandro Magno, dio nombre a uno de los edificios importantes de la ciudad antigua: la prisión de Alejandre o Zendan-e Eskandar (50.000 R). Se denomina así porque Alejandro la hizo construir cuando pasó por Yazd, aunque el edificio es más reciente (s. XV) y no tiene nada que ver con su uso original. Hecho en su totalidad de barro, destaca entre los otros edificios por su cúpula. En la misma plaza se encuentra el mausoleo de los 12 imanes -cerrado al público-, un edificio de arquitectura similar.
La prisión de Alejandro en primer término y el mausoleo de los 12 imanes de fondo. |
Uno de los típicos depósitos de agua de Yazd con sus correspondientes torres del viento. |
Pasear por los callejones de la ciudad antigua es garantía de perderse seguro. Así lo hemos hecho nosotros varias veces, en ocasiones sin querer y a veces a propósito para descubrir rincones escondidos a los ojos del turista convencional. Es así como descubrimos como en la aparente tranquilidad de unos callejones sin mucho movimiento, hay también una rutina diaria. De buena mañana las decenas de zapatos amontonados en las puertas de las pequeñas mezquitas delatan la gente que va a rezar antes de ir a trabajar. Poco después son los niños, que con sus mochilas a toda prisa atraviesan los arcos de las calles, siempre corriendo, para no llegar tarde al colegio; a continuación son las mujeres de negro son las que ocupan el lugar dejado por los chiquillos para ir a hacer la compra.
A mediodía se calma todo y parece que nadie vive en las casas de la ciudad antigua; si no fuera por el olor de los guisos que delatan la presencia de habitantes. Entrada la tarde, son otra vez los niños los que ocupan las pequeñas plazas para jugar a la pelota y ya por la noche los jóvenes forman grupos alrededor de pequeños fuegos que han hecho con cuatro maderas en medio de la calle para no pasar frío. Animadas conversaciones acontecen en la oscuridad, explicándose lo que ha dado de si la jornada que ya se acaba.
En la frontera entre la ciudad antigua y la ciudad modera, la Masjed-e Jame (o mezquita del viernes) tiene una de las fachadas más bellas que hemos visto nunca. Sus dos minaretes de 48 metros de altura y los cuidados mosaicos de baldosas azules y blancas emanan una belleza única. Las formas geométricas que la decoran simbolizan el infinito, la atemporalidad, la vida y la muerte. Unos símbolos que ya eran utilizados en la antigua Persia hace más 7000 años y que dan la bienvenida al visitante. Detrás de la gigantesca fachada se abre una gran explanada que da acceso a la sala de oración. Una gran cúpula, también cuidadosamente decorada, la cubre.
Fachada de la Masjed-e Jame y detalle de sus mosaicos.
Amir Chakhmak, el monumento más fotografiado de la ciudad. |
Más alejados del centro de la ciudad, los jardines de Dolat Abad y la residencia de Bagh-e Dowlat (50.000 R) es otro de los lugares que nos cautivó. No hemos venido en la mejor época, los jardines todavía no habían florecido y las fuentes no tienen agua, pero sólo por ver su palacete ya nos ha valido la pena llegar hasta aquí. Su torre del viento es la más alta de la ciudad, pero lo que realmente nos ha cautivado son los ventanales de su interior. En un país donde los tonos marrones son los que imperan tanto en edificios como en paisajes, la explosión de colores que provoca el traspaso de la luz a través de estos vidrios es simplemente un espectáculo para la vista.
Jardines de Dolat Abad y residencia de Bagh-e Dowlat |
Aparte de lo que aquí hemos explicado, otro de los atractivos de Yazd son algunos de los lugares más importantes del zoroastrismo. ¿Sabías que Yazd es considerada la capital mundial de esta religión? Pero este es el tema de la siguiente entrada del blog...
Información útil
Cómo llegar:
Nosotros hicimos el trayecto Kerman-Yazd en taxi, aprovechando el trayecto para hacer parada a Meymand y a Zein-o-din (las combinaciones de bus no permiten visitar estos dos lugares en un solo día). En total fueron unas 8 horas de trayecto (con paradas incluidas) por 1.800.000 R (45 €). Yazd igualmente está muy bien comunicada con Kermán, Isfahán, Shiraz y Teherán mediante autobús. Los precios de este transporte son muy baratos en Irán: el precio aproximado de un trayecto del tipo "500 km en categoría VIP" es de entre 3 y 5 € al cambio.
Alojamiento:
Fahadan Hotel, ubicado en la ciudad antigua, justo delante de la prisión de Alejandro y muy cerca de la oficina de Turismo (que no es más que una agencia.) Es una antigua casa noble reconvertida con muy buen gusto en un hotel de lujo: con un patio interior ajardinado, grandes habitaciones y una decoración refinada. Tienen en cuenta hasta el más mínimo detalle. Es el mejor hotel en el que hemos estado a Irán y posiblemente en cualquiera de nuestros viajes, un chollo que había que aprovechar. La habitación doble con baño, wifi y desayuno buffet muy completo por un módico precio de 33 €/noche (en la LP el precio que consta es de 94 OS$, esta tarifa nos la consiguió el dueño del hotel de Kermán). Los datos de contacto son: info@merhotel.ir y tel. (98) 351-6300600.
De viajero a viajero:
Resérvate un mínimo de dos días enteros para visitar Yazd y cercanías. Primavera es la mejor época para visitar los jardines de Dolat Abad y todos los de Irán en general (Shiraz es otra ciudad con importantes jardines). En invierno las noches son frías en Yazd.
Si te alojas en el Hotel Fahadan te aconsejamos no reservar con ellos ni taxi ni excursiones. Al ser un hotel de lujo, los precios que te dan son mucho más elevados. A pesar de no alojarte, es posible ir a otros hoteles más baratos y contratar allí estos servicios. Nosotros así lo hicimos y nos salió muy a cuenta.
Yazd es un buen lugar para ver Zurkhaneh (deporte local similar a la gimnasia). En el lateral izquierdo de la plaza Amir Chakhmak hay un local donde admiten espectadores. Tienen sesión a las 18:00 y a las 20:00h. El precio de la entrada es de 40.000 R. (1 €).
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