jueves, 26 de septiembre de 2013

Tikal, la perla maya de Guatemala


De la selva del Petén surgen miles de construcciones entre templos, palacios, plataformas ceremoniales y juegos de pelota; unas ocultas por las raíces y el follaje, otros desenterrados y restaurados. Dicen que la antigua Tikal de los mayas era comparable al Nueva York de nuestros días por la sorprendente altura de sus edificios y por el gran tamaño de los restos encontrados. Lo que es seguro es que con sus 150.000 habitantes en su época de máximo apogeo, Tikal era una gran metropoli cuando la mayoría de las grandes ciudades europeas de la actualidad apenas empezaban a hacerse un nombre.

Hoy visitamos Tikal, una de las ciudades legendarias del mundo maya y de la historia de las civilizaciones.




Cierra los ojos e imagina por un momento que viajes 1.500 años atrás. Ponte en la piel de una persona de aquella época, en su contexto histórico y con los conocimientos del momento...

Continúa imaginando y ahora ponte en la piel de un comerciante que después de un largo viaje llega por primera vez a una ciudad tan grande en extensión como la Barcelona de hoy en día. Sin ningún tipo de duda la mirada se te iría hacia el cielo, buscando el final de unos templos nunca vistos antes y que llegan a los 70 metros de altura, el equivalente a un edificio actual de más de veinte pisos. Desde arriba de una de estas pirámides el Gobernador se comunica con los dioses, mientras que el pueblo, desde bajo y ante esta grandeza monumental, escucha los deseos de los dioses transmitidos por éste, que representa la voz del poder divino...

Visitando Tikal no podemos dejar de pensar cuáles debían de ser las sensaciones de una persona de aquellos tiempos ante todo lo que tenemos delante. Seguramente que "boquiabierto" sería poco para definir las sensaciones de este viajero de la época...


campo refugiados sahara

Tikal
es tan extenso que es posible sentirse a solas con la selva y los templos mayas, casi sin haberte cruzado con otras personas, y eso la hace muy especial. Las construcciones están unidas por largos senders que avanzan bajo la protección de grandes árboles, de donde emanan olores y sonidos desconocidos por nosotros. Monos, pájaros, insectos, reptiles y el gran depredador de la selva, el sigiloso jaguar, pueblan las cercanías de esta ciudad. Parece ser que gobierno y arqueólogos tienen muy presente la importancia del entorno natural donde se encuentra el yacimiento y que por eso se ha decidido mantener gran parte de la selva para conservar la fauna y la flora de la zona. Un valor añadido para nuestra visita.






Para poder ver tal y como vemos hoy en día Tikal se han tenido que sacar muchos árboles, arena, piedras, enredaderas y restaurar muchos templos. Todo se encontró enterrado e invadido por la selva, pero de momento sólo se ha recuperado las partes más importantes y centrales del conjunto. Trabajo imposible recuperar las 16.000 construcciones que se calcula que quedan por descubrir. La restauración se tiene que hacer de una manera manual, sin utilizar grúas ni herramientas metálicas, con herramientas de madera para no echar a perder la piedra calcárea de los antiguos edificios. Un trabajo lento y costoso que permite ver templos que apenas empiezan a renacer de entremedias de las entrañas de la tierra, después de estar muchos años tragados por la vegetación.





No hemos parado de andar en todo el día. Arriba y abajo los senderos se van abriendo de vez en cuando para descubrirnos un nuevo templo o palacio. No perdemos la oportunidad de subir hasta arriba en aquellos que es posible. Emociona subir hasta su cúspide, sacar la cabeza por encima de los árboles y contemplar a vista de pájaro el yacimiento. Desde estos miradores privilegiados se pueden distinguir otras templos sobresaliendo entre un mar de verdor inacabable. Es realmente desde aquí que uno se da cuenta de la magnitud que se tiene delante.





Todos los caminos confluyen en la Gran Plaza, donde se levantan frente a frente los dos edificios más esbeltos: el Templo del Gran Jaguar, seguramente el más representativo de Tikal, y el Templo de las Máscaras. El primero, más grande y alto, representa el sol y la masculinidad. El segundo, un pelín más pequeño, la luna y la feminidad. Entre uno y otro, justo en medio de la plaza, hay una piedra circular donde los descendientes de los antiguos mayas todavía celebran sus ritos en la actualidad. El 21 de diciembre de 2012 se celebró allá el cambio del ciclo del calendario myaa, una nueva etapa y, para muchos, el fin del mundo... unas imágenes que dieron la vuelta en el mundo.






Los edificios de la gran plaza fueron construidos a comienzos del siglo VIII, coincidiendo con la época de máximo esplendor de la ciudad y del inicio de su declive. Sólo 200 años después los mayas ya habían abandonado completamente Tikal. Los motivos todavía son difusos, quizás la superpoblación, el abuso de los recursos, la sequía, las guerras internas... o quizás un poco todo ello fueron las causas que pusieron fin al brillante periodo clásico maya. De hecho, cuando Hernán Cortés atravesó la selva del Petén, en el 1525, las ciudades mayas hacía cinco siglos que se habían despoblado y que habían sido cubiertas por el bosque tropical.




Después de estar buscando por las ruinas durante ocho horas tenemos la sensación que apenas hemos descubierto la punta del iceberg. No hemos parado, pero somos conscientes que nos dejamos mucho por ver. Marchamos y lo hacemos con la necesidad de conocer mucho más sobre esta cultura. Marchamos, pero lo hacemos sabiendo que posiblemente algún día volveremos.



Información útil

Cómo llegar: Flores es la ciudad más próxima a Tikal. Nosotros hemos llegado desde Palenque (México) pero también está muy conectado con otros atractivos turísticos de Guatemala y con Belice City. Dispone también de aeropuerto.

Diez horas separan Palenque de Flores por tierra. El viaje se organiza en tres trayectos: bus Palenque-Frontera Corozal, cruce en barca del río Usumacinta (frontera natural entre México y Guatemala) y bus La Técnica-Santa Elena (Floras) Tikal (Guatemala). Es un viaje que se puede hacer por libre, pero que vale la pena contratar con una agencia de viajes para coordinar los horarios en un solo día. En total son 10 horas por las que pagamos 350 pesos. Existe también la posibilidad de hacer el trayecto en dos días y hacer parada para visitar los yacimientos arqueológicos de Bonampak y Yaxchilán (las agencias organizan paquetes por 1.000-1.200 pesos que incluye transporte, alojamiento y comidas). Pactáis bien con la agencia el transporte: nosotros el primero trayecto lo hicimos de forma rápida y cómoda en una van turística pero en el trayecto de Guatemala nos colocaron en un autobús local de aquellos en los que no hay casi espacio, que paran cada minuto para coger gente y van a 10 Km por hora. ¡Se nos hizo larguísimo!

Flores está a 60 km del yacimiento arqueológico de Tikal, un trayecto de 1h de bus. Las agencias organizan vans en diferentes horarios con un precio de 70 pesos ida/vuelta.

Alojamiento: Existen tres posibilidades: Flores, El Remate y la zona de servicios del yacimiento de Tikal. Los hoteles son más caros en Tikal, a pesar de que también existe la opción de acampar (en los jardines de los mismos hoteles, en los que te ofrecen la tienda y el saco). Después de valorar las opciones nosotros optamos por Flores, un pueblo con encanto rodeado por las aguas de Laguna de Petén (donde te puedes bañar) y dónde hay un montón de opciones de alojamientos.

Hotel La Unión. Situado en la calle del mismo nombre, con vistas al lago (desde donde se ve una buena puesta de sol). Habitación doble con baño, wi-fin, TV y balcón por 150 pesos.

Comida: Flores tiene una amplia oferta de restaurantes. Los que tienen terraza con vistas al lago son los más caros, pero son ideales para hacer una cerveza en la puesta de sol. Ante el hotel La Unión hay un restaurante familiar económico con una carta con platos por entre 20 y 50 pesos. No recordamos el nombre pero no tiene pérdida, está en la azotea de un bloque de dos pisos.

Dentro de la zona arqueológica no hay restaurantes ni puestecillos donde comprar comida. Hay que ir a la zona de servicios de la entrada donde están los restaurantes de los hoteles, los cuales son caros. Vale la pena llevar bocadillos para no perder tiempo.

De viajero a viajero: Las agencias de Flores, aparte de sólo transporte, ofrecen por poco más la posibilidad de incluir guía (100 pesos). Son visitas para grupos de un máximo de 12 personas (nosotros fuimos 6) de tres horas de duración que valen mucho la pena. Además de explicarte la historia y anécdotas de la antigua Tikal, te acompañan por los lugares más emblemáticos e interesantes; un aspecto a remarcar, considerando la gran cantidad de edificios y tamaño del yacimiento arqueológico. Además, una vez hecha la visita, tienes tiempo libre de sobra para acabar de ver por libre el yacimiento con la posibilidad de optar por diferentes horarios de transporte para volver a Flores.

La entrada a Tikal tiene un precio de 150 pesos, pero este se duplica si visitas el yacimiento al amanecer o a la puesta de sol. Las agencias de Floras ofrecen transporte para visitar el yacimiento a aquella hora, posibilidad que tiene muy buena acogida entre los visitantes. No dudamos de las magníficas vistas que aquella hora se deben de ver de los templos, pero tiene también sus desventajas: de buena mañana acostumbra a haber una neblina que impide la buena visibilidad (al menos en verano) y todo el mundo sube al mismo templo a ver la salida y la puesta de sol. Ver el amanecer supone madrugar de forma considerable (las furgonetas salen a las 3:30 de Flores) e ir coincidiendo con la puesta de sol supone no disponer de tiempo libre para visitar el yacimiento por tu cuenta.


De este viaje (Guatemala, México, Belice y Honduras) también hemos escrito:

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