jueves, 26 de septiembre de 2013

Tikal, la perla maya de Guatemala


De la selva del Petén surgen miles de construcciones entre templos, palacios, plataformas ceremoniales y juegos de pelota; unas ocultas por las raíces y el follaje, otros desenterrados y restaurados. Dicen que la antigua Tikal de los mayas era comparable al Nueva York de nuestros días por la sorprendente altura de sus edificios y por el gran tamaño de los restos encontrados. Lo que es seguro es que con sus 150.000 habitantes en su época de máximo apogeo, Tikal era una gran metropoli cuando la mayoría de las grandes ciudades europeas de la actualidad apenas empezaban a hacerse un nombre.

Hoy visitamos Tikal, una de las ciudades legendarias del mundo maya y de la historia de las civilizaciones.




Cierra los ojos e imagina por un momento que viajes 1.500 años atrás. Ponte en la piel de una persona de aquella época, en su contexto histórico y con los conocimientos del momento...

Continúa imaginando y ahora ponte en la piel de un comerciante que después de un largo viaje llega por primera vez a una ciudad tan grande en extensión como la Barcelona de hoy en día. Sin ningún tipo de duda la mirada se te iría hacia el cielo, buscando el final de unos templos nunca vistos antes y que llegan a los 70 metros de altura, el equivalente a un edificio actual de más de veinte pisos. Desde arriba de una de estas pirámides el Gobernador se comunica con los dioses, mientras que el pueblo, desde bajo y ante esta grandeza monumental, escucha los deseos de los dioses transmitidos por éste, que representa la voz del poder divino...

Visitando Tikal no podemos dejar de pensar cuáles debían de ser las sensaciones de una persona de aquellos tiempos ante todo lo que tenemos delante. Seguramente que "boquiabierto" sería poco para definir las sensaciones de este viajero de la época...


campo refugiados sahara

Tikal
es tan extenso que es posible sentirse a solas con la selva y los templos mayas, casi sin haberte cruzado con otras personas, y eso la hace muy especial. Las construcciones están unidas por largos senders que avanzan bajo la protección de grandes árboles, de donde emanan olores y sonidos desconocidos por nosotros. Monos, pájaros, insectos, reptiles y el gran depredador de la selva, el sigiloso jaguar, pueblan las cercanías de esta ciudad. Parece ser que gobierno y arqueólogos tienen muy presente la importancia del entorno natural donde se encuentra el yacimiento y que por eso se ha decidido mantener gran parte de la selva para conservar la fauna y la flora de la zona. Un valor añadido para nuestra visita.






Para poder ver tal y como vemos hoy en día Tikal se han tenido que sacar muchos árboles, arena, piedras, enredaderas y restaurar muchos templos. Todo se encontró enterrado e invadido por la selva, pero de momento sólo se ha recuperado las partes más importantes y centrales del conjunto. Trabajo imposible recuperar las 16.000 construcciones que se calcula que quedan por descubrir. La restauración se tiene que hacer de una manera manual, sin utilizar grúas ni herramientas metálicas, con herramientas de madera para no echar a perder la piedra calcárea de los antiguos edificios. Un trabajo lento y costoso que permite ver templos que apenas empiezan a renacer de entremedias de las entrañas de la tierra, después de estar muchos años tragados por la vegetación.





No hemos parado de andar en todo el día. Arriba y abajo los senderos se van abriendo de vez en cuando para descubrirnos un nuevo templo o palacio. No perdemos la oportunidad de subir hasta arriba en aquellos que es posible. Emociona subir hasta su cúspide, sacar la cabeza por encima de los árboles y contemplar a vista de pájaro el yacimiento. Desde estos miradores privilegiados se pueden distinguir otras templos sobresaliendo entre un mar de verdor inacabable. Es realmente desde aquí que uno se da cuenta de la magnitud que se tiene delante.





Todos los caminos confluyen en la Gran Plaza, donde se levantan frente a frente los dos edificios más esbeltos: el Templo del Gran Jaguar, seguramente el más representativo de Tikal, y el Templo de las Máscaras. El primero, más grande y alto, representa el sol y la masculinidad. El segundo, un pelín más pequeño, la luna y la feminidad. Entre uno y otro, justo en medio de la plaza, hay una piedra circular donde los descendientes de los antiguos mayas todavía celebran sus ritos en la actualidad. El 21 de diciembre de 2012 se celebró allá el cambio del ciclo del calendario myaa, una nueva etapa y, para muchos, el fin del mundo... unas imágenes que dieron la vuelta en el mundo.






Los edificios de la gran plaza fueron construidos a comienzos del siglo VIII, coincidiendo con la época de máximo esplendor de la ciudad y del inicio de su declive. Sólo 200 años después los mayas ya habían abandonado completamente Tikal. Los motivos todavía son difusos, quizás la superpoblación, el abuso de los recursos, la sequía, las guerras internas... o quizás un poco todo ello fueron las causas que pusieron fin al brillante periodo clásico maya. De hecho, cuando Hernán Cortés atravesó la selva del Petén, en el 1525, las ciudades mayas hacía cinco siglos que se habían despoblado y que habían sido cubiertas por el bosque tropical.




Después de estar buscando por las ruinas durante ocho horas tenemos la sensación que apenas hemos descubierto la punta del iceberg. No hemos parado, pero somos conscientes que nos dejamos mucho por ver. Marchamos y lo hacemos con la necesidad de conocer mucho más sobre esta cultura. Marchamos, pero lo hacemos sabiendo que posiblemente algún día volveremos.



Información útil

Cómo llegar: Flores es la ciudad más próxima a Tikal. Nosotros hemos llegado desde Palenque (México) pero también está muy conectado con otros atractivos turísticos de Guatemala y con Belice City. Dispone también de aeropuerto.

Diez horas separan Palenque de Flores por tierra. El viaje se organiza en tres trayectos: bus Palenque-Frontera Corozal, cruce en barca del río Usumacinta (frontera natural entre México y Guatemala) y bus La Técnica-Santa Elena (Floras) Tikal (Guatemala). Es un viaje que se puede hacer por libre, pero que vale la pena contratar con una agencia de viajes para coordinar los horarios en un solo día. En total son 10 horas por las que pagamos 350 pesos. Existe también la posibilidad de hacer el trayecto en dos días y hacer parada para visitar los yacimientos arqueológicos de Bonampak y Yaxchilán (las agencias organizan paquetes por 1.000-1.200 pesos que incluye transporte, alojamiento y comidas). Pactáis bien con la agencia el transporte: nosotros el primero trayecto lo hicimos de forma rápida y cómoda en una van turística pero en el trayecto de Guatemala nos colocaron en un autobús local de aquellos en los que no hay casi espacio, que paran cada minuto para coger gente y van a 10 Km por hora. ¡Se nos hizo larguísimo!

Flores está a 60 km del yacimiento arqueológico de Tikal, un trayecto de 1h de bus. Las agencias organizan vans en diferentes horarios con un precio de 70 pesos ida/vuelta.

Alojamiento: Existen tres posibilidades: Flores, El Remate y la zona de servicios del yacimiento de Tikal. Los hoteles son más caros en Tikal, a pesar de que también existe la opción de acampar (en los jardines de los mismos hoteles, en los que te ofrecen la tienda y el saco). Después de valorar las opciones nosotros optamos por Flores, un pueblo con encanto rodeado por las aguas de Laguna de Petén (donde te puedes bañar) y dónde hay un montón de opciones de alojamientos.

Hotel La Unión. Situado en la calle del mismo nombre, con vistas al lago (desde donde se ve una buena puesta de sol). Habitación doble con baño, wi-fin, TV y balcón por 150 pesos.

Comida: Flores tiene una amplia oferta de restaurantes. Los que tienen terraza con vistas al lago son los más caros, pero son ideales para hacer una cerveza en la puesta de sol. Ante el hotel La Unión hay un restaurante familiar económico con una carta con platos por entre 20 y 50 pesos. No recordamos el nombre pero no tiene pérdida, está en la azotea de un bloque de dos pisos.

Dentro de la zona arqueológica no hay restaurantes ni puestecillos donde comprar comida. Hay que ir a la zona de servicios de la entrada donde están los restaurantes de los hoteles, los cuales son caros. Vale la pena llevar bocadillos para no perder tiempo.

De viajero a viajero: Las agencias de Flores, aparte de sólo transporte, ofrecen por poco más la posibilidad de incluir guía (100 pesos). Son visitas para grupos de un máximo de 12 personas (nosotros fuimos 6) de tres horas de duración que valen mucho la pena. Además de explicarte la historia y anécdotas de la antigua Tikal, te acompañan por los lugares más emblemáticos e interesantes; un aspecto a remarcar, considerando la gran cantidad de edificios y tamaño del yacimiento arqueológico. Además, una vez hecha la visita, tienes tiempo libre de sobra para acabar de ver por libre el yacimiento con la posibilidad de optar por diferentes horarios de transporte para volver a Flores.

La entrada a Tikal tiene un precio de 150 pesos, pero este se duplica si visitas el yacimiento al amanecer o a la puesta de sol. Las agencias de Floras ofrecen transporte para visitar el yacimiento a aquella hora, posibilidad que tiene muy buena acogida entre los visitantes. No dudamos de las magníficas vistas que aquella hora se deben de ver de los templos, pero tiene también sus desventajas: de buena mañana acostumbra a haber una neblina que impide la buena visibilidad (al menos en verano) y todo el mundo sube al mismo templo a ver la salida y la puesta de sol. Ver el amanecer supone madrugar de forma considerable (las furgonetas salen a las 3:30 de Flores) e ir coincidiendo con la puesta de sol supone no disponer de tiempo libre para visitar el yacimiento por tu cuenta.


De este viaje (Guatemala, México, Belice y Honduras) también hemos escrito:

¿Qué te ha parecido? Deja tu comentario
¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

jueves, 19 de septiembre de 2013

Palenque, la ciudad maya en medio de la selva


Mesoamérica fue sede de una de las culturas más sofisticadas que han pasado por la Humanidad: los mayas. Grandes observadores de los astros y su relación con los ciclos de la tierra, arquitectos detallistas, matemáticos rigurosos, artistas exquisitos... En el pasado, los mayas edificaron elevados templos, las fachadas de las cuales mostraban los rostros de los sus dioses de que se reencarnavan en sus mandatarios. Bajo su tutela se construyeron armoniosas ciudades que contaban con sistemas para conservar el agua de lluvia y evitaban inundaciones. Descifraron los secretos de la agricultura y también de las ciencias exactas. Desarrollaron con gran precisión calendarios para medir su día a día, sus periodos de siembra e incluso sus enfrentamientos bélicos... Cuando Europa vivía uno de los periodos más oscuros de su historia, en América los mayas vivían sus días de gloria.

Después de dos semanas de viaje por tierras mayas ya teníamos ganas de conocer alguno de los restos de su época de máximo esplendor. Por eso visitamos a Palenque, posiblemente junto con Chichén Itzá (México), Tikal (Guatemala), Caracol (Belice) y Copán (Honduras), uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de esta cultura precolombina.




El trayecto de autobús que nos lleva de San Cristóbal de las Casas a Palenque ya parece en si mismo un trayecto en el espacio-tiempo. Paulativamente vamos pasando de las tierras altas y frescas a una zona selvática mucho más húmeda y calurosa en la que los campos cultivados se van transformando en una densa arboleda verde. Curiosamente por los pueblos que vamos pasando, cada vez nos cuesta más ver hombres o mujeres con los vestidos tradicionales de las etnias descendentes mayas. A primera vista parece que los mayas actuales hayan huido de sus orígenes ancestrales.

Llegados a la estación de autobuses, huimos de la ciudad y nos dirigimos directamente a la zona del Panchán. A sólo un par de kilómetros de los restos arqueológicos y en plena selva. Un lugar inmejorable para adentrarnos en la atmósfera de los antiguos mayas. El hecho de dormir aquí nos hace sentir un poco exploradores y el despertar con el jolgorio de los monos aulladores aumenta esta sensación. Su grito atemoriza y la primera vez que los escuchas realmente te pueden llegar a asustar.




Después de toda la noche lloviendo parece que la suerte se nos acompaña: el tiempo mejora y sólo entrar a la zona arqueológica conocemos al Rubisel, un avispado chico de 15 años que hoy nos hará de guía. Él nació en un pueblecito cercano y desde pequeño se ha movido entre los templos de la zona. Se los conoce palmo a palmo y la selva que los rodea es como su segunda casa. Curioso e interesado por sus orígenes empezó a estudiar todo libro sobre arqueología que le caía en sus manos, los primeros regalados por unos turistas. ¡Y vaya si sabe! Hemos hecho un gran fichaje, ¡es muy buen guía!.

El chico empieza explicándonos que Palenque significa “valla de estacas de madera”, en referencia a una fortaleza o un lugar cercado. Nombre que no es el original -el nombre antiguo de la ciudad era Lakam Ha, que significa "Agua Ancha"- pero que le dieron sus antepasados mucho antes que los famosos vestigios arqueológicos fueran "descubiertos" por el fraile Pedro Lorenzo de la Nada al 1567. Esta historia nos recuerda a la del "descubrimiento" del Machu Picchu, de la que hablamos en nuestro viaje a Perú y en la que se hace patente la paradoja que los locales han conocido desde siempre la existencia del lugar, pero en cambio somos los occidentales los que nos llevamos siempre el mérito de "descubridores".

Orgulloso, nos explica también que esta ciudad prehispánica está considerada como uno de los lugares arqueológicos más importantes de Mesoamérica, puesto que los mayas aquí desarrollaron una arquitectura civil y religiosa que posteriormente aplicaron a otros lugares -Chichen Itza es posterior, nos remarca-. Inicialmente nos parece que Rubisel exagera cuando habla de tanta majestuosidad pero sólo llegar a los primeros templos empezamos a entender lo que nos dice... De repente el caminito que vamos siguiendo entre la densa vegetación se abre a una gran explanada. El palacio real, el templo de las inscripciones y el templo de la calavera se levantan ante nosotros. Su visión nos deja literalmente boquiabiertos.







Después de la plaza principal, otros templos van apareciendo a nuestro paso. No son tan espectaculares como los primeros, pero cada uno tiene una historia o un detalle que lo hace interesante y diferente a los anteriores. Trepar escaleras hasta la parte sagrada de la construcción y desde donde se ven las mejores vistas del recinto es lo que más nos gusta. Casi siempre estamos solos, nos sorprende encontrar tan poca gente en un paraje como este.




Palenque fue habitada por primera vez sobre el 100 a.C. y su época de esplendor fue des 630 hasta el 740. Pakal fue el rey más venerado y el responsable de muchas de las construcciones que tenemos delante. Poco a poco empezó a entrar en decadencia y hacia el año 900, sin conocerse muy bien las causas, Palenque fue en gran parte abandonado. El paso del tiempo y la fuerza de la naturaleza hicieron su trabajo y, todo aquello creado por el hombre fue tragado por la selva.

Lo más sorprendente de todo es que a día de hoy sólo vemos una parte muy pequeña de lo que llegó a ser todo aquello: únicamente se han excavado un 2% de las ruinas, que en su globalidad ocupan una extensión de 20 km2. ¡Imaginaos, un 98% de aquella gran ciudad todavía está bajo tierra!




Hacemos una pequeña incursión por la selva con el chico. Imposible hacerla solos. No hay caminos, es muy fácil perderse y aquí hay zonas donde la vegetación casi no deja ver la luz del sol. Aquí cada montículo es un posible templo por descubrir y, de hecho, vemos restos de muros entre la maleza y pequeños trozos de cerámica por el suelo. ¡La sensación que tenemos es la de estar dentro de una película de Indiana Jones!

Acabamos la visita en el museo, donde destacan las réplicas de la máscara mortuoria y del sarcófago repleto de inscripciones del Rey Pakal. Es primera hora de la tarde y empieza a llover otra vez, hemos tenido suerte y el tiempo nos ha respetado. Ha sido un gran día, ya tenemos ganas de llegar a nuestro siguiente destino y continuar descubriendo restos mayas. ¡En la próxima entrada os explicaremos nuestra experiencia en Tikal!





PD. Y para acabar, una curiosidad: ¿Sabes que los templos y palacios de Palenque se contruyeron sin herramientas de metal ni la ayuda de animales de carga? Los mayas no conocían la rueda... ¿¿¿Cómo pudieron hacerlo???



Información útil

Cómo llegar: Desde San Cristóbal de las Casas es un viaje de cinco horas en un cómodo autobús y buena carretera. Diferentes compañías hacen el trayecto, nosotros viajamos con ADO. Hay autobuses frecuentes y el billete vale 96 pesos por persona. Palenque también tiene aeropuerto.

Desde Palenque ciudad al Panchán y en la zona arqueológica pasan furgonetas frecuentes durante todo el día por 20 pesos por persona. Desde El Panchán a los escombros se puede ir andando (40 min aprox.).

Alojamiento: Recomendamos alojarse en la zona del Panchán, en la carretera de Palenque ciudad a Palenque Ruinas. hay varios alojamientos, nosotros optamos por una cabaña con baño en Kin Balam. Pagamos 200 pesos por noche.

Comida: Justo delante de las cabañas Kin Balam hay un restaurante donde va mucha gente de la zona. Se puede encontrar desde comida típica (frijoles, arroz y tortitas) hasta hamburguesas y pizzas por unos 6 € el plato. La verdad es que por allí es casi la única opción que hay.

Dentro de la zona arqueológica no hay restaurantes ni tiendecitas donde comprar comida. En la entrada encontraréis alguna puestecillo donde os ofrecerán comida, básicamente bocadillos.

De viajero a viajero: Las ruinas están señalizadas y disponen de carteles con información sobre las diferentes construcciones. Aún así si queréis conocer algo más sobre la historia y curiosidades del lugar, os recomendamos contratar el servicio de un guía; él también os puede hacer una incursión por la selva de los alrededores de las ruinas para ver algún templo todavía no desenterrado. No hagáis caso de los guías que ofrecen sus servicios a la entrada (todos intenten cobraros más de la cuenta). Podéis negociar precios con otros guías que se ofrecen dentro del recinto. Nosotros pagamos 150 pesos el tour por las ruinas + la incursión a la selva, unas 3 horas y media en total.

La entrada al recinto del parque vale 27 pesos y la entrada a las ruinas 57 pesos. Está incluida la visita en el museo, donde se encuentra la réplica del sarcófago del rey Pakal. Calculád un mínimo de 4 horas para visitar el recinto cómodamente.

1 € = 17 pesos mejicanos


De este viaje (Guatemala, México, Belice y Honduras) también hemos escrito:

¿Qué te ha parecido? Deja tu comentario
¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

viernes, 13 de septiembre de 2013

Oventic: encuentro con los zapatistas del EZLN


El 1 de enero de 1994 el subcomandante Marcos y su Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) puso en el mapa San Cristóbal de las Casas y su lucha por un trato más justo a los pueblos indígenas. En esta fecha, los zapatistas ocuparon brevemente esta y otras ciudades de los alrededores y los medios de comunicación dieron repercusión a un problema básicamente de lucha de clases al que el mundo le había prestado hasta entonces poca atención. Por todas partes no fueron pocos los que simpatizaron con su causa. Para nosotros, San Cristóbal y Chiapas pasaron a formar parte de aquellos destinos pendientes de visitar algún día de nuestro ideario viajero.

Viajar para nosotros es más que visitar monumentos o tener sellos al pasaporte, cuando viajamos intentamos conocer también algo más sobre la gente que vive allí. Sobre su día a día, su cultura, sus costumbres, sus preocupaciones y su forma de entender el mundo. Difícil tarea, considerando que el viajero está siempre de paso y que es imposible conocer en sólo unos días, pero al menos es un punto de partida que nos es útil para aprender y crearnos nuestro propio punto de vista conociendo con nuestros ojos lo que pasa más allá de nuestra realidad. Considerando este planteamiento, es evidente que la visita a un caracol va a pasar a ser uno de nuestros objetivos principales tan sólo pisar tierras mexicanas. Hoy lo hemos hecho, y hemos tenido también la oportunidad de ser recibidos y conversar con los miembros de la Junta de Buen Gobierno de Oventic, una de las primeras comunidades zapatistas que se creó. Una experiencia que difícilmente olvidaremos.


mexico

chiapas, mexico


No es nueva la lucha indígena en el estado de Chiapas. La independencia de México tenía que suponer en teoría una mejora respecto a la época colonial, pero después de la revolución mexicana, la sucesión de gobernantes nombrados desde Ciudad de México con la complicidad de los terratenientes locales continuaron ejerciendo un control casi feudal en Chiapas. Las insurrecciones y protestas periódicas son prueba patente de las injusticias de los sucesivos gobiernos. Una lucha poco conocida hasta aquel 1 de enero de 1994. Pocos días después los guerrilleros tuvieron que retirarse a sus bases de la selva lacandona, pero la EZLN con esta acción supo dar un gran golpe de efecto por su causa.

La desigualdad de fuerzas entre guerrilleros y ejército mexicano hizo que las escaramuzas militares quedaran en segundo término y que los esfuerzos zapatistas se concentraran en su campaña para llamar la atención de la comunidad internacional, sobretodo a partir del uso de Internet, una arma mucho más potente e incisiva que las tradicionales armas de fuego. El carismático subcomandante Marcos se convirtió rápidamente en una figura de culto y la EZLN y su lucha a favor de los derechos indígenas en un icono para los movimientos antiglobalización.




Desde entonces a nivel político poco ha avanzado la cosa. Varios intentos de diálogo fracasados y dos intentos de introducir los derechos de los pueblos indígenas a la constitución mexicana que han quedado en papel mojado son los principales acontecimientos de los últimos veinte años. En la actualidad la sensación que tenemos es que el conflicto está en punto muerto. Los zapatistas hacen caso omiso de todo aquello que venga del gobierno mexicano y han establecido un sistema paralelo de sociedad. Por su parte, el gobierno mexicano parece que también ignore a los zapatistas en un tipo de "vive y deja vivir" que ha llevado a silenciar el problema a nivel internacional, lo peor que puede pasar a la causa zapatista.

Los zapatistas actualmente están organizados en caracoles, exactamente cinco comunidades formadas por una treintena de municipios y gestionadas por las Juntas de Buen Gobierno, que funcionan de forma autónoma y totalmente desvinculada del gobierno mexicano. Los caracoles constituyen, según palabras del Subcomandante Marcos: “una pequeña parte de ese mundo al que aspiramos, hecho de muchos mundos”. "Son -afirma- como puertas para entrarse a las comunidades y para que las comunidades salgan; como ventanas para vernos dentro y para que veamos fuera; como altavoces para sacar lejos nuestra palabra y para escuchar la del que lejos está. Pero sobre todo para recordarnos que debemos velar y estar pendientes de la cabalidad de los mundos que pueblan el mundo". Una de estas comunidades, la primera que se creó: es Oventic.


chiapas, mexico




La primera sensación que tenemos sólo llegar a Oventic es la de respeto e incertidumbre. La furgoneta en la que llegamos nos deja ante una barrera custodiada por un hombre encapuchado que teóricamente está armado. Nos acercamos, revisa de arriba abajo y nos pregunta que queremos. Después de explicarle nuestros motivos avisa a dos hombres más, también encapuchados, que nos interrogan algo más a fondo y nos hacen identificar. Estos últimos se marchan por unos minutos y vuelven: tenemos permiso para visitar el poblado pero inicialmente nos dicen que no nos podrá recibir la Junta de Buen Gobierno. Insistimos, le decimos que venimos expresamente desde Guatemala para visitarlos. Dudan, marchan y vuelven al cabo de unos minutos más. Nos dicen que esperemos allá fuera. Vuelven a marchar y nos dejan con el vigilante de la entrada.

La espera se hace larga. Pasan dos horas en las que tenemos tiempo de pensar en lo que estamos haciendo, en si valdrá o no la pena, en cómo será por dentro y cómo estará organizado el poblado. Más allá de la barrera vemos como va pasando la gente, gente muy normal que hacen sus actividades cotidianas, las mismas que se hacen en cualquier otro pueblecito de la zona. Curiosamente vemos pasar también uno de los hombres que nos ha interrogado, esta vez sin pasamontañas, lo reconocemos por su camisa. Pasado este tiempo vuelven los dos enmascarados, esta vez con buenas noticias: tendremos que esperar algo más pero seremos recibidos por siete de los nueve miembros de la Junta. Nuestras caras cambian de fisionomía y se desvanecen nuestras dudas, ¡la espera habrá valido la pena!

Traspasamos ya la barrera y entramos ya adentro de lo que es propiamente el poblado. Es hora ya de comer y tenemos la oportunidad de hacerlo en la cantina del pueblo. Comemos rodeados de pósters revolucionarios y acompañados de música, todas las letras tienen mensaje. Justo hemos dado el último bocado que nos vienen a buscar, es hora de reunirnos con la Junta de Buen Gobierno.


chiapas, mexico


La casa en la que nos reciben es de madera -como casi todas las construcciones del poblado- y más bien pequeña por lo que suponemos que tendría que ser para órgano de gobierno. Una antigua mesa de despacho con tres sillas, dos fotocopiadoras y varios banquillos son el único mobiliario. La decoración tampoco deja lugar al más mínimo lujo o signo de opulencia, un cuadro con el retrato del que suponemos que es el Subcomandante Marcos y un montón de fotografías y de banderas de todas partes que apenas dejan ver los colores de las paredes.

Allí dentro nos estaban esperando ya sentados los siete miembros de la Junta que nos tenían que recibir. La mayoría son jóvenes o de mediana edad, les calculamos entre los 25 y los 40 años, a excepción de una de las dos mujeres que, muy posiblemente, tendrá sexagenaria. Nos invitan a pasar y a sentarnos. En el banquillo de atrás nuestro se sientan también los dos hombres que nos han acompañado, los mismos que durante media mañana han ido y viniendo durante nuestra espera. Somos conscientes que por temas de seguridad tienen que ir con la cara cubierta, pero sinceramente, la escena no invitaba a tener una conversación relajada. La escena y el lugar imponía un poco.

Después de la bienvenida protocolaria y las presentaciones nos preguntan qué queremos saber sobre ellos. Les preguntamos sobre la situación actual de su lucha y sobre sus relaciones con el gobierno, también nos preocupamos sobre su sistema educativo y sanitario y sobre cómo es la vida en un sistema que han creado de forma totalmente paralela al legalmente establecido. Pregunta a pregunta, antes de contestar, entre ellos se consultan en su lengua sobre la respuesta a dar e incluso sobre la conveniencia de contestar. De hecho, alegando otra vez temas de seguridad, nos dejan sin contestar algunas de nuestras cuestiones y las que nos contestan son con respuestas medidas y estudiadas previamente. Lo que inicialmente parecía más bien una entrevista improvisada evoluciona añ cabo de poco en una conversación ideológica, tocando temas más generales nos sentimos todos más cómodos. En total no fue más de media hora la que pasamos allí dentro. Quizás nos hubiera gustado conocer con algo más de detalle, pero salimos satisfechos. Palabra a palabra han conseguido transmitirnos que sus ideales continúan intactos y que, por mucho tiempo que pase o contratiempos que tengan, ellos continuarán luchando por la igualdad de los derechos de los indígenas.


chiapas, mexico

chiapas, mexico



Acabada la conversación es hora de visitar el pueblo. Nos acompaña otro señor, no sabemos si para hacernos de guía o bien para vigilarnos, posiblemente para ambas cosas. Nos dejan pasear por todas partes, únicamente con la condición de que no hagamos fotos de la gente que va con la cara descubierta que, por suerte son todos. Andando por la única calle de la comunidad, no tenemos la sensación de estar en un pueblo diferente a los que hemos visto estos días por Chiapas, únicamente las fachadas de las casas vistosamente decoradas con motivos zapatistas delatan la identidad del lugar. Son verdaderas obras de arte.



chiapas, mexico



No sabemos si la negociación política con el gobierno mexicano para la mejora de las condiciones de los indígenas llegará a buen puerto algún día, ojalá así sea. Pero lo que sí que hemos visto hoy es un pueblo con todos los servicios básicos -un hospital y dos escuelas son el ejemplo- que han conseguido con su persistencia. Un esfuerzo que les ha llevado a mejorar sus condiciones de vida respecto a las de hace unos años y que de alguna forma este es su gran triunfo ante una realidad preestablecida que no era la suya.

Difícilmente olvidaremos el día de hoy. Hoy hemos aprendido y posiblemente hemos crecido algo más como personas. Nos llevamos a la mochila una gran experiencia y un montón de temas en los que reflexionar. ¡Por días así vale mucho la pena viajar!






Información útil

Cómo llegar: Desde uno de las calles adyacentes al mercado de San Cristóbal salen las minivans que llevan a Oventic. Son las que van dirección a Bochil y os dejarán en la carretera, justo en la entrada del poblado. El trayecto dura 1h 30 min. y el precio del billete es de 25 pesos por trayecto. El último colectivo de vuelta a San Cristóbal pasa a las 17 h.

Alojamiento: La visita a Oventic se puede hacer perfectamente en un día desde San Cristóbal. En San Cristóbal nos alojamos en la Posada Yaxchilan.

Comer: Para visitar Oventic es posible que os hagan esperar en la entrada un buen rato (nosotros estuvimos dos horas), por lo tanto es recomendable que os llevéis algo para comer. Otra alternativa es comer en la cantina de la propia comunidad (si os dan permiso). Nosotros por 30 pesos comimos un plato combinado de huevos con frijoles, arroz y tortitas.

De viajero a viajero: Ten presente que Oventic no es una visita turística. Para la visita tenéis que ir documentados. En la entrada de Oventic os pueden pedir el pasaporte para comprobar vuestra identidad, así como registrar vuestras mochilas.

Considerando la posible espera para entrar al pueblo, es conveniente salir temprano desde San Cristóbal. Si vas a Oventic temprano y tienes suerte de obtener rápido el permiso para visitar el poblado, es posible visitar en el mismo día San Juan Chamula. Las furgonetas que llevan a Oventic pasan también por San Juan.


De este viaje (Guatemala, México, Belice y Honduras) también hemos escrito:

¿Qué te ha parecido? Deja tu comentario
¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

domingo, 8 de septiembre de 2013

¡Llegamos a Chiapas! San Cristóbal de las Casas y San Juan Chamula


Dejamos por unos días Guatemala y nos adentramos al sur de México, concretamente en el estado de Chiapas. teníamos ganas y es que a pesar de que desde un comienzo teníamos claro que Guatemala era el país central nuestro viaje, de reojo no podíamos evitar mirar al vecino norteño por, si se daban las circunstancias, incluirlo en la ruta.

Sólo atravesar la frontera ya notamos los cambios respecto a Guatemala: diferente acento, nueva moneda, mejores carreteras y transportes más cómodos. A pesar de que en estos momentos Chiapas no es una zona conflictiva, en el ambiente se respira cierta tensión contenida: hasta cuatro controles militares pasamos antes de llegar a San Cristóbal.


Mexico


Una vez llegados, las primeras sensaciones son contradictorias. San Cristóbal tiene su encanto, y de hecho es una de las ciudades coloniales mejor conservadas de México, pero es tremendamente turística. Con los pros y contras que esto supone. Por un lado es una ciudad irresistiblemente cómoda para el viajero con todo tipo de facilidades a nivel de alojamiento, agencias de viajes, variedad de restaurantes de comida internacional y locales donde escuchar música. Pero por otro lado, este no era exáctamente el ambiente que esperábamos de un lugar que quizás teníamos idealizado antes de llegar.


Mexico



Similar a Antigua, las casas bajas pintadas con gran variedad de colores se alienan en las calles adoquinadas. Sólo alguna casa noble de piedra con patio interior y las iglesias interrumpen de vez en cuando la secuencia. De éstas, nos ha gustado especialmente la del antiguo convento de Santo Domingo por su fachada barroca y por el mercado artesanal que tiene en la plaza de enfrente.


MexicoMexico


En la plaza 31 de Marzo se mezclan extranjeros y locales en torno a un curioso barroco quiosco de música rodeados por elegantes edificios porticados y la catedral. Aquí es desde donde se empezó en San Cristóbal y también donde encontramos la antigua casa de Don Diego de Mazariegos, el conquistador español que conquistó Chiapas y someter a los indígenas. Desde entonces ha llovido mucho y aquella casa se ha transformado en un lujoso hotel y los indígenas ya no están sometidos al conquistador, a pesar de que nos da la impresión que todavía hoy son ciudadanos de segunda clase.


San Cristobal de las Casas


Tzotziles y tzeltales son los grupos indígenas, descendentes de los mayas, que habitan en los pueblos de las mesetas que rodean San Cristóbal. Tienen su propio idioma, siguen sus propias costumbres y se les puede identificar por sus vestidos tradicionales, que varían según el grupo. No es difícil verlos por la ciudad, tanto por las calles siguiendo al turista para vender sus artesanías, como en el mercado municipal donde compran artículos de uso diario para llevarlos a sus pueblecitos.





San Juan Chamula

Relativamente cerca de la ciudad hay tentadores parajes naturales como las Cascadas del Chiflón, las Lagunas Montebello o el Cañón del Sumidero, sólo para denominar algunos. También vestigios arqueológicos como Toniná o Chiltunik. Pero nosotros nos hemos decidido por ir a San Juan Chamula, para visitar su iglesia y poder ver los rituales mitad católicos-mitad maies, que se llevan a cabo en su interior.



Mexico


El hecho que se pagara entrada para entrar al templo y que una docena de turistas pasearan por sus alrededores, hicieron pensar en un inicio que estábamos ante una atracción turística, más que no del lugar auténtico que describía nuestra guía de viajes. Por suerte, esta sensación fue únicamente inicial, sólo traspasar la puerta vimos que aquello iba realmente de verdad.


Mexico


El ambiente dentro de este templo religioso es difícil de describir. Los laterales del interior están decorados con múltiples figuras de santos y todo el pavimento está pleno de hojas de pino que los devotos van apartando para hacerse un pequeño altar, clavando decenas de velas a tierra. El humo y el olor de incienso lo invade todo y el oído no puede dejar de prestar atención a los cánticos de unos rezos hechos en un idioma completamente nuevo para nosotros. Pero si hay una escena que nos llama todavía más la atención son las ofrendas que, en forma de Coca Cola o de sacrificio de gallinas hacen algunos de los presentes. Sensación extraña la de presenciar un ritos ancestrales, hoy sincretismo entre lo religioso y lo profano.

Lástima que esté prohibido hacer fotos en el interior de la iglesia y que no te podamos mostrar mediante imágenes todo el que se vive allá dentro. Así que, si te pica la curiosidad y quieres hacerte una idea más aproximada de lo que os estamos explicando, no te queda otra opción que venir y vivirlo en directo. ¿Te atreves? ;-)


Mexico



Información útil

Cómo llegar: Nosotros hemos llegado a San Cristóbal desde Panajachel (Guatemala), en una minivan. Sale todos los días de la semana a las 6:30 h (da tiempo de llegar a "Pana" desde los pueblecitos del lago Atitlán si se coge el primer barco del día). El trayecto tiene una duración de 9 h y el precio es de 140 quetzales. San Cristóbal está comunicado por transporte público con Palenque, la península del Yucatán y México DF. Hay aeropuerto a Tuxla Gutierrez.

De San Cristóbal en San Juan Chamula se puede ir en colectivo. La furgoneta sale desde una de las calles adyacentes al mercado. El trayecto dura 45 min. y tiene un precio de 12 pesos por trayecto.

Alojamiento: Posada Yaxchilan. Muy céntrica, en la Avenida Guadalupe Victoria, 16, a menos de 5 min. andando de Plaza 31 de Marzo. Es una casa de estilo colonial con las habitaciones dan al pequeño patio interior. A pesar de su centralidad es un lugar tranquilo. Dispone de Wi-fi, agua caliente las 24h y TV en las habitaciones. Muy recomendable y buena relación calidad-precio. 200 pesos la habitación doble con baño.

Comida: El lugar donde mejor hemos comido es a La Abuelita (Real de Guadalupe, 75). Ambiente bohemio y acogedor. Terraza con encanto y música en directo. Tapas tradicionales mexicanas. Cenamos los dos por 150 pesos. Por presupuestos más ajustados podéis encontrar menús en otros lugares por 40 pesos por persona.

De viajero a viajero: Sal de las calles más turísticas y déjate perder por callejones de la ciudad, vale realmente la pena. Si quieres conocer el día a día de la gente acércate al mercado y al centro cultural El Carmen, éste último se ubica alrededor de un claustro de un antiguo convento carmelita. La mejor vista de San Cristóbal es desde la iglesia de Cerro de Guadalupe; una buena idea es subir a última hora de la tarde y después de bajada cenar en La Abuelita.


De este viaje (Guatemala, México, Belice y Honduras) también hemos escrito:

¿Qué te ha parecido? Deja tu comentario
¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

martes, 3 de septiembre de 2013

El lago Atitlán: según dicen, el lago más maravilloso del mundo


“El lago más maravilloso del mundo”


Así definió el Lago Atitlán el escritor Aldous Huxley y seguramente muchos de los que llegan hasta aquí se llevaran esta sensación. Este lugar es idílico y digno de las postales más bonitas de Centro América. Alrededor del lago unos cerros con pequeños pueblecitos salpican el paisaje, por encima se levantan imponentes los volcanes, impregnando la zona de una gran belleza. Cada lugar de este lago es único y especial, no nos extraña que muchos extranjeros hayan seguido los pasos de Huxley y se hayan quedado a vivir.

El paisaje actual del lago se empezó a formar hace unos 85.000 años, en la gran erupción conocida como "Chocoyos", en la cual la ceniza llegó hasta Panamá y los EEUU. La gran cantidad de magma que se llegó a acumular hizo que la superficie se hundiera, formando un gran agujero que se fue llenando de agua hasta convertirse en lago. Más tarde −unos miles de años, por cierto− emergieron de este lugar varios volcanes que hoy en día conocemos con el nombre de volcán San Pedro, Atitlán y Tolimán, todos ellos de más de 3000 metros por encima del nivel del mar. Una historia muy científica y poco imaginativa para un lugar de leyenda.





Huyendo de Panajachel, donde se concentra la mayor oferta turística, hemos ido a buscar la tranquilidad a San Marcos la Laguna y allí hemos establecido nuestra base de operaciones. Por las mañanas nos hemos dedicado a saltar de pueblo en pueblo. Las tardes nos las hemos tomado más relajadamente, a veces voluntariamente y otras de forma más obligada cuando la lluvia ha hecho acto de presencia.





Cada pueblo es diferente, cada uno con sus particularidades. No es por su arquitectura que éstos son interesantes, de hecho no son nada del otro mundo en este sentido. Es la gente y su cultura lo que los hace interesantes: se hablan diferentes lenguas y los vestidos típicos −que aquí no se sacan sólo para las fiestas, sino que se llevan cada día−, diferencian los habitantes de un pueblo y otro. A los colores y detalles de los vestidos de las mujeres ya nos hemos acostumbrado después de unos días viajando por Guatemala. Nos sorprenden pero los pantalones cortos de los hombres de algunos de los pueblos que, junto con sus sombreros, los hace peculiares a nuestra mirada.




Durante estos días hemos conocido a Pedro, el heladero ambulante de San Juan, un señor elegante como pocos. Micaela, que sentada en el portal de su casa enseñaba a su hija Dolores el calendario maya y que, muy amablemente, nos añadió a la clase. Francisco, que emigró a Estados Unidos buscando una mejor vida y que acabó de ilegal y encarcelado por unos meses, antes de poder volver a su país. O Ana, una tejedora que nos explicó lo poco que le pagan por sus bordados y que después los tenderos venden a precios abusivos para los turistas. Historias humanas que nos han cautivado y nos han ayudado a conocer algo más la vida en el lago, más allá de los fantásticos paisajes.


                                   Ana                                                    Micaela y su hija Dolores                                        
 Pedro y su carrito de helados


Curiosamente la mayoría de pueblos del lago adoptan nombres bíblicos: Santa Caterina, San Antonio, San Lucas, Santiago, San Pedro, San Juan, San Pablo, San Marcos… tenemos la sensación de hacer un repaso al santoral en un buen lugar donde, justamente, el cristianismo convive con otras creencias menos convencionales. San Marcos Laguna es lugar de concentración de seguidores de la Nueva Era y Santiago Atitlán es el hogar de Maximon, una deidad propia de las tierras altas de Guatemala que supuestamente es una mezcla de dioses mayas, San Simón y Pedro de Alvarado (sí, sí, habéis leído bien: Pedro de Alvarado, el conquistador español de Guatemala). Conocer de su existencia nos ha hecho picar la curiosidad y no hemos podido evitar ir a conocer algo más sobre él.





Si su origen ya sorprende, ver el lugar donde lo veneran todavía más. Su residencia no es estable, va pasando de casa en casa entre los vecinos de Santiago de año en año, o sea que primero nos toca preguntar. Una vez localizado, y pagado el pertinente “donativo”, entramos a su “capilla”. La representación en sí es una figura de madera fumando un puro y vestida con vistosos pañuelos de seda. Alrededor suyo estampitas de Jesucristo, otros santos cristianos y las ofrendas, poco convencionales: tabaco y botellas de aguardiente. Todo ello iluminado con lucecitas de colores parpadeantes... Curioso, nosotros no podemos evitar recordar su similitud con el candomblé brasileño.




No sabemos si el Lago Atitlán será el lago más maravilloso del mundo -a nosotros el lago Titicaca y los lagos del sur de Bolivia nos robaron el corazón-, pero sin ningún tipo de duda es un lugar que vale mucho la pena. Paisaje idílico y pueblecitos, cada uno con su singularidad. También es aquí, más que en Antigua, donde empezamos a ver escenas de la vida cotidiana indígena de los descendientes de los mayas.





Información útil

Como llegar: Panajachel es la puerta de entrada al lago y tiene conexión directa en transporte público con Antigua (3h), Guatemala City (4h) y Chichicastenango (1,5h). El pueblo en sí no tiene mucho encanto, pero es el centro neurálgico por donde pasa todo turista o visitante que quiere ver el lago Atitlán y los pueblos de la zona. Para visitar los pueblos del lago la mejor opción son los pequeños barcos que bordean el lateral occidental del lago haciendo parada en varias poblaciones o bien las camionetas para visitar los pueblos del lateral oriental.

Alojamiento: Nosotros hemos optado por alojarnos en el pueblecito de San Marcos, en la posada del mismo nombre. Hemos acertado tanto en el pueblo –tranquilo y con las mejores vistas al lago- como en lugar. 125 quetzales la habitación doble con baño con desayuno incluído. Tiene encanto y buen ambiente, a pesar de que el restaurante es caro para lo que son los precios del país. Recomendable.

Comer: En todos los pueblos hay pequeños restaurantes locales en los que se puede comer bien y barato (entre 16 y 20 quetzales por plato de carne o pescado acompañado habitualmente de arroz, ensalada, tortitas y bebida).

De viajero a viajero: Si queréis hacer compras de souvenirs, los pueblos más baratos son Santiago y Santa Caterina con diferencia. Alerta con los horarios de las barcas, no son del todo fiables a pesar de que son regulares. Los precios de los trayectos son fijos y van de los 15 a los 25 quetzales dependiendo de si éste es más largo o corto, no os dejéis embaucar si os piden más.


De este viaje (Guatemala, México, Belice y Honduras) también hemos escrito:


¿Qué te ha parecido? Deja tu comentario
¿Te ha gustado? ¡Compártelo!

 
Contenidos de Quaderns de bitàcola (Enric Vilagrosa i Celia López) | Tecnología Blogger | Plantilla original de Wordpress Theme y Free Blogger Templates | Diseño adaptado por Quaderns de bitàcola
cookie solution